lunes, 30 de marzo de 2015

De amigos y libros

La semana pasada tuvieron lugar dos eventos a los que por nada del mundo podía faltar.

Por un lado Pedro Simón, periodista de El Mundo y antiguo compañero de instituto (allá por el siglo pasado, ha llovido bastante desde entonces...), presentaba su primera novela, Peligro de derrumbe. La cita fue el lunes 23 de marzo, a las 8 de la tarde, en la sala Siluro de Madrid.

Allí estaban de maestros de ceremonias los también periodistas Ana Pastor y Enric González, quien además ha escrito el prólogo de la novela. Y, como no podía ser de otra manera, Pedro se encontraba acompañado por muchísima gente: había amigos, familiares, compañeros de trabajo; estábamos también unos cuantos de sus antiguos compañeros de instituto, algunos de nuestros profesores... La ocasión desde luego lo merecía.

Se habló por supuesto del libro, de cómo surgió la idea y de cómo fue el proceso de darle forma; un proceso no siempre fácil porque, para escribirlo, Pedro nos comentó que tuvo que emplear horas de su tiempo, muchas de las cuales habría preferido pasarlas con sus hijos. Pero la presentación fue más bien una charla distendida entre amigos, en la que tuvimos ocasión de hacer preguntas, de expresar nuestra opinión sobre el libro (los que ya lo habían leído, que yo para variar lo tengo aún a medias) y, al finalizar el acto, de irnos de allí con nuestro ejemplar dedicado por el autor.

Aunque como digo tengo aún el libro sin terminar, he podido hacerme una idea bastante aproximada de él, así que desde aquí solo puedo agradecerle a Pedro que haya puesto cara a tantas historias y a tantas personas, hasta ahora anónimas, en cuyas vidas ha hecho mella la crisis que llevamos sufriendo en España ya unos cuantos años. Me quedo con una frase de Pedro, que dijo haciendo referencia a sus hijos (cuando mencionó que publicar un libro era algo comparable a tener un hijo), y que a todos nos encantó: "En casa, la que mejor cuenta las historias es su madre". Y por supuesto, ni que decir tiene que en cuanto haya leído Peligro de derrumbe habrá reseña.

Por otro lado, presentaba una nueva novela Amelia Noguera, a la que descubrí de pura casualidad hace ya algo más de dos años, que me enamoró con Escrita en tu nombre y a la que le debo aún la lectura del resto de sus libros. Prometo hacerlo en cuanto pueda, porque mi lista de lecturas que están esperando su turno es cada vez más interminable y, a este paso, la balda de libros pendientes, entre los que están por supuesto los suyos, me sepultará cualquier día... Pero Amelia sabe que lo haré, aunque de momento me tenga que conformar únicamente con haber estado en las presentaciones de sus libros en Madrid.

En el caso de Amelia, la presentación de La pintora de estrellas fue el martes 24 de marzo, a las 7 de la tarde, en la librería Lé. Y con Amelia, como siempre, fue como estar en familia. Tuvimos ocasión de hacerle preguntas, de charlar con ella y con Carmen, su bibliotecaria favorita, que también estaba acompañándola, y de descubrir algunos detalles sobre el mundo editorial que hasta ahora me eran desconocidos.

Hubo un pequeño debate, iniciado precisamente por uno de los responsables de la editorial con la que Amelia ha publicado esta novela, sobre la conveniencia o no de que un autor cambie de registro como lo hace ella; parece que Amelia los tiene despistados a todos, porque sus novelas son difíciles de catalogar en un género concreto aunque todos sus lectores tenemos una cosa clara, y es que pocos escritores saben dibujar a los personajes como lo hace ella. Hay quien habla de novela histórica, de realismo mágico, pero no se ponen de acuerdo en el género, y por lo visto es complicado para los responsables de marketing vender a un autor que, como se suele decir, toca varios palos. Nunca me había parado a pensar si eso es de verdad así, porque una vez que descubrí a Amelia tuve claro que, escriba lo que escriba y se dedique al género al que se dedique, tiene en mí una lectora fiel; y además, después de todo el esfuerzo que ha dedicado a que una editorial se fijara en sus escritos, se lo merece todo. Aunque a ella todavía le cueste trabajo creérselo...

martes, 17 de marzo de 2015

Sorteo de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Volvemos con una edición del concurso Entretelibros de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, en esta ocasión la 388. La pregunta de la quincena es la siguiente:


¿Qué obra de Santa Teresa considera Guillermo Serés la construcción más sistemática y grandiosa del misticismo teresiano?

Para los que queráis participar, el plazo está abierto desde el día 17 de marzo. Si conocéis la respuesta y queréis animaros con el concurso, podréis entrar en el sorteo de un lote de libros de varias editoriales. ¡Suerte!

viernes, 13 de marzo de 2015

El corazón helado - Almudena Grandes

Edición: 3ª ed.
Publicación: Barcelona: Tusquets, 2012
Descripción física: 1.242 p.; 19 cm.
CDU: 821.134.2-31"19"
Signatura: N GRA cor
Precio: 12,95 euros en la Casa del Libro







UNA HISTORIA ESPAÑOLA, DE ESAS QUE LO ECHAN TODO A PERDER

Tenía mucha curiosidad por leer esta novela; después de haberme estrenado con Almudena Grandes hace no demasiado (primero con El lector de Julio Verne, que me gusto muchísimo, y más tarde con Inés y la alegría, que me encantó), varias personas me recomendaron leer El corazón helado que, según ellas, era la mejor novela de esta autora.


Argumento y personajes

El resumen que aparece en la propia contraportada del libro es bastante revelador pero por supuesto sin llegar a desvelar ningún detalle importante que nos fastidie la historia, así que os lo pongo aquí para que os podáis hacer una idea de lo que Almudena Grandes nos cuenta en esta novela:
El día de su muerte, Julio Carrión, hombre de negocios cuyo prestigio se remonta a los años del franquismo, deja a sus hijos una gran fortuna pero también un pasado lleno de sombras: no le gustaba recordar su juventud ni sus peripecias en la División Azul. En su entierro, su hijo Álvaro se sorprende por la presencia de una atractiva joven que tal vez fue la última amante de su padre. Esa joven, Raquel Fernández Perea, es hija y nieta de exiliados republicanos en Francia, y se acuerda muy bien de ciertos episodios de su infancia. Ahora el azar hará que los destinos de Raquel y de Álvaro se entrecrucen, y, con ellos, las viejas historias familiares de ambos.
Como veis, con El corazón helado nos encontramos ante una saga familiar; bueno, en realidad podríamos decir que es "bifamiliar", porque es la historia de dos familias, que aunque tienen sus líos de manera independiente cada una por su lado, están conectadas de alguna manera. Y además por partida doble, porque conoceremos su historia durante muchísimos años y ambas familias se cruzan tanto en el pasado como en el presente.

Uno de los protagonistas de la novela es Julio Carrión, un hombre de negocios cuyo fallecimiento ya he mencionado que conoceremos al principio de la historia. En el cementerio están su mujer, sus hijos, su familia política, sus nietos... De lo que ninguno de ellos excepto Álvaro Carrión, uno de los hijos de Julio, se da cuenta es de que en un rincón apartado del cementerio hay alguien más. Algo más tarde descubriremos que se trata de Raquel Fernández Perea, que en un principio no debería pintar nada en un acontecimiento familiar tan íntimo como un entierro; pero más adelante, cuando por motivos burocráticos ella y Álvaro se encuentren, veremos que todo tiene su razón de ser. Y esta será la parte actual de la historia.

Hay otra historia que se desarrolla unos cuantos años antes, durante la guerra civil en España y durante los años de la posguerra. Sabremos más a fondo cómo se conocieron Julio Carrión e Ignacio Fernández, los dos procedentes de familias distintas, de clases sociales distintas y, por supuesto, de bandos distintos en la guerra civil. Iremos poco a poco conociendo a todos los miembros de ambas familias, la relación que tuvieron entre ellos en el pasado y cómo afectó eso al futuro, y por supuesto todo lujo de detalles sobre muchas cosas que ocurrieron en realidad en la España de estos años, y que la autora va mezclando con la ficción. Y también descubriremos que, en ocasiones, nada es lo que parece y también que a veces idealizamos a las personas y en realidad lo que tenemos es una idea totalmente equivocada sobre ellas.


Mis impresiones

El hecho de que me dijeran que esta era la mejor novela de Almudena Grandes hizo que tuviera las expectativas muy altas. También es cierto que nadie había querido desvelarme nada, cosa que personalmente siempre agradezco; así que lo único que sabía sobre el argumento era lo que os he puesto que aparece en la contraportada.

El caso es que, cuando vi que la cosa iba oooooooootra vez sobre nuestra guerra civil, me quedé un poco chafada. Lo que pasa es que me parece que Almudena escribe genial, y como la novela me la habían recomendado varias personas muy encarecidamente y además ya me la había comprado, la verdad es que ni me llegué a plantear dejarla sin leer. El caso es que al final, lo de la guerra civil fue casi lo de menos, porque la historia se centra en los miembros de las dos familias protagonistas; y aunque está claro que la guerra y los años siguientes a ella son uno de los escenarios, en realidad lo que más despertará nuestro interés será precisamente lo que les va ocurriendo a las dos familias. Además, aunque se nota a la legua cuál es la tendencia política de esta autora, no llega a hacer demagogia como algunos a los que se les nota el plumero de que todos los rojos son buenísimos y todos los de derechas malos malísimos (o al revés), a pesar de que es complicado ser imparcial.

La novela es larga, aunque a mí eso nunca me ha asustado, y además hay que añadir que también es bastante densa. Se nos cuenta la historia de las dos familias, mezclada como ya he dicho con hechos reales de la España de la época. Y, al menos en mi humilde opinión, creo que es de las novelas que es mejor leer en plan tranquilo y concentrado; vamos, que no es de las que leemos a veces para pasar el rato. Más bien lo contrario, lo suyo es dedicarle su tiempo y deleitarse con su lectura, y sobre todo concentrarse porque con eso de los saltos en el tiempo puede que en algún momento te pierdas. Son muchos los personajes, muchos los lugares y muchas las situaciones, así que conviene estar centrado desde el principio para no perderse nada.

Aunque disfruté mucho de la lectura porque ya digo que la prosa de Almudena me parece genial, hubo algo que me dejó un poco chafada. Y es que casi todo el mundo que me había recomendado leer El corazón helado coincidía en que una de las historias más bonitas era la que implicaba a Álvaro Carrión y Raquel Fernández Perea; sin embargo, precisamente a mí esa historia fue la que menos me gustó. Acabé cogiéndole una manía horrorosa a Raquel, y es que había ratos en que directamente me entraban ganas de darle unos buenos bofetones. Me encantó cómo Almudena va tejiendo esa red de relaciones entre las dos familias, cómo los acontecimientos durante la época de la guerra civil se van entrecruzando para dar lugar a todo lo que ocurre muchos años después; y desde luego me encantó, como siempre, su forma de contarlo todo. Pero cada vez que veía aparecer a Raquel, me sorprendía a mí misma pensando "ya está aquí otra vez esta petarda tocando las narices". En el fondo me motivan estas cosas, porque siempre tiene que haber personajes que te gusten más y personajes que te gusten menos, y creo que precisamente conseguir trazar tan bien a los personajes es una de las señas de identidad de los buenos escritores, en mi humilde opinión. Estoy segura de que los propios autores cuentan con esto y tienen claro que hay personajes a los que posiblemente alguien les coja manía, o todo lo contrario. Pero en fin, que muchas actitudes de Raquel me gustaron más bien poco y a ratos esa historia se me hizo demasiado pesada... No su lectura, que quede claro, sino la historia en sí y algunas de las situaciones que provoca Raquel.


Conclusión

Como siempre me pasa con Almudena, y he reiterado a lo largo de la opinión, disfruté mucho de la novela porque me encanta su forma de escribir historias y de describir las cosas. Siempre me acuerdo de una frase que le escuché decir a alguien, y es que escribir no se trata solo de tener una historia que contar, sino de saber cómo contarla; y desde luego Almudena Grandes siempre sabe cómo hacerlo. Solo me queda recomendaros la lectura sin ningún género de dudas; eso sí, con algunos matices, porque en mi caso no coincido con la mayoría y esta no es mi novela favorita de la autora; sin dudarlo ni un momento, me sigo quedando con la historia de Inés y la alegría, que me cautivó tanto que todavía la sigo recordando después de tanto tiempo.

Si os cansa el tema de la guerra civil, o si sois de lecturas rápidas y sin complicaciones, o si os asustan los tochos, creo que El corazón helado no es la novela de vuestra vida. Si por el contrario os gusta la forma de escribir de Almudena, si os interesan este tipo de historias en las que la realidad se mezcla con la ficción, si os gustan las novelas con personajes perfectamente desarrollados con los que en algún momento te puedes incluso llegar a identificar, y si por lo general no os echan para atrás los libros de muchas páginas, me parece que disfrutaréis muchísimo de esta lectura. Dedicándole el tiempo y la atención que se merece, eso por descontado, porque acabaremos descubriendo que todo encaja perfectamente y que no hay absolutamente nada que no tenga sentido en esta gran historia.