jueves, 17 de enero de 2013

Historia universal de la destrucción de libros - Fernando Báez

Edición: 1ª ed.
Publicación: Barcelona: Destino, 2004
Descripción física: 386 p.: [16] p. de lám.; 23 cm.
CDU: 351.751.5(091)
Signatura: 351.751.5(091) BAE
Precio: 23 euros en la Casa del Libro






CADA LIBRO DESTRUIDO ES UN PASAPORTE AL INFIERNO

Hace algunos meses tuve ocasión de ir con mi hermana a la Biblioteca Nacional para ver la exposición que organizaron con motivo de su 300 cumpleaños; siempre que voy por allí me suelo dar una vuelta por la tienda que hay a la entrada, que aunque ya no es lo que era (hace años ocupaba casi la mitad de la planta baja y ahora la han dejado prácticamente en un par de estanterías...), sigue teniendo de vez en cuando cosillas interesantes. Y curioseando por allí, descubrimos este libro, cuyo título completo es Historia universal de la destrucción de libros: de las tablillas sumerias a la guerra de Irak.


Cuando estudié la carrera, eran tan pocos los autores que escribían libros de Biblioteconomía que nos los conocíamos a todos. Pero de eso hace ya bastante tiempo, y supongo que habrá mucho más que en aquel entonces, porque lo que es Fernando Báez no me sonaba de nada. Sobre él no he averiguado mucho más que lo que pone en la contraportada del libro: nació en Venezuela en 1970, es licenciado en Educación y doctor en Bibliotecología (así es como llaman a la Biblioteconomía en América Latina), y ha escrito varias obras sobre esta temática, además de haber hecho varias traducciones de Aristóteles (¡toma ya!). Y desde hace aproximadamente cinco años, es el director de la Biblioteca Nacional de Venezuela.


Estructura y contenido

Creo que la mejor manera de resumir el contenido de este libro es incluir el texto que aparece en la contraportada:
Desde que el ser humano ha adquirido la capacidad de pensar, ha tenido la voluntad de fijar por escrito sus ideas con los más variopintos materiales y signos. Y desde que esas ideas han sido fijadas por escrito, han debido enfrentarse a la dura lucha por la supervivencia, venciendo al tiempo, los elementos y la voluntad destructora del propio ser humano. Este libro es un minucioso y fascinante recorrido por la historia universal de la destrucción de los libros, pasto de la voracidad de los insectos, de las inundaciones, las llamas, las guerras y sobre todo de la obsesión destructora de los fanáticos políticos y religiosos, y de la vigilancia dogmática de los censores.
El libro está dividido en tres grandes apartados:
  • El mundo antiguo, que consta de diez capítulos.
  • Desde la era de Bizancio hasta el siglo XIX, con catorce capítulos.
  • El siglo XX y los inicios del siglo XXI, que incluye once capítulos.
En cada uno de los apartados se incluyen, como decía, varios capítulos, cada uno de ellos dedicado a un tema diferente; quizá no es así, pero por lo que me ha parecido al leer el libro, el capítulo final de cada uno de los apartados es más bien una especie de reflexión.

En el apartado del mundo antiguo hay un capítulo sobre Oriente Próximo, otro sobre Egipto, Grecia, la biblioteca de Alejandría (para echarse a llorar), Israel, China, la antigua Roma, los orígenes del cristianismo radical, y por último el olvido y la fragilidad de los libros.

En el correspondiente a Bizancio hasta el siglo XIX encontramos capítulos referentes a Constantinopla, los libros que albergaban los monasterios, el mundo árabe, la Edad Media, la España musulmana, los códices mexicanos, el Renacimiento, la Inquisición, los libros y la astrología, la censura inglesa, los incendios y las guerras, las revoluciones...

Y en el último apartado, el que se dedica a los siglos XX y XIX, se habla sobre la guerra civil española, sobre el "bibliocausto" nazi y la Segunda Guerra Mundial, la censura en algunos autores famosos (como James Joyce y Salman Rushdie, por ejemplo), los regímenes del terror, la destrucción de libros debido a los odios étnicos, la religión, las ideologías... Y por último sobre algo tan común como los bichos bibliófagos o algo tan deprimente como cuando son las propias editoriales las que se ven obligadas a destruir a veces ejemplares de los libros que ellos mismos han publicado. Dentro de este apartado se dedica también una pequeña parte a los libros electrónicos.

El libro incluye, además, varias páginas de notas (de ellas hablaré en el siguiente epígrafe), por supuesto una bibliografía, y un índice de nombres además de los agradecimientos.


Mis impresiones

Lo primero que pensé al leer este libro fue que el autor se había documentado estupendamente, porque es increíble la cantidad de datos que aporta (aunque es normal documentarse cuando se escribe una obra de estas características, por supuesto). Hubo incluso algún momento en el que me dio por pensar que quizá el libro fue en realidad su tesis doctoral, porque me llamó la atención tantísimo detalle. Y quizá esta es una de las cosas positivas si te apetece tener muchísima información; pero también tira un poco para atrás, porque desde luego no es la lectura idónea para llevarla en el transporte público como yo suelo hacer. A ratos hay que estar bastante concentrado para no perder el hilo de lo que nos están contando, y está claro que en el transporte público no siempre es posible concentrarse, aunque a veces algunos nos pasemos de parada precisamente por eso, ejem...

Una de las cosas "negativas" de que haya tantísima información es que muchas de las aclaraciones están en las notas. Y la verdad es que tiene que ser difícil plantearse algo así, pero es que son casi 600 las notas que hay en todo el libro; y claro, algunas son breves pero muchas son bastante extensas, con lo cual supongo que considerarían poco práctico incluirlas a pie de página. Total, que lo que han hecho ha sido incluir las notas al final del libro, con lo cual yo acabé colocando un marcapáginas en el lugar del libro donde me había quedado, y otro más en el lugar de las notas donde me había quedado; y como digo son tantas notas, que había ratos que me los pasaba hacia delante y hacia atrás, leyendo el libro y pasando a las notas cada vez que me encontraba con una, que era bastante a menudo. Vamos, que había ratos que parecía que estaba viendo un partido de tenis y más de una vez hubo en el metro quien me miró con cara de curiosidad...

También respecto a las notas, comentar que algunas de ellas son quizá demasiado detalladas, en alguna que otra ocasión con informaciones que en realidad no aportan demasiado a la lectura. Prácticamente en todas las páginas del libro hay al menos una nota, cuando no varias; y sin embargo hacia el final del libro desaparecen de repente. Es como si el autor se hubiera cansado de tanta aclaración y de golpe y porrazo hubiera decidido pasar olímpicamente de seguir dejando notas. Y otra cosa en la que me fijé fue en que han montado un pequeño lío con la numeración, y hay unas cuantas de ellas que no tienen el número correcto; aunque es fácil orientarse si tienes marcado en el capítulo de notas por dónde vas leyendo, claro.
De todas formas, la lectura resulta muy interesante, sobre todo, claro está, si te apetece conocer cosas sobre este tema. A mí personalmente me ha gustado mucho porque me interesa todo lo relacionado con la biblioteconomía, los libros, las bibliotecas, etc.; había cosas de las que el autor cuenta que ya me las sabía, otras que me resultaban familiares pero de las que a través del libro he descubierto detalles que no conocía, otras que recordaba vagamente y otras que ni siquiera sabía. Como veis, hay informaciones para todos los gustos.

Lo malo de la lectura es que ha habido ratos que se te cae el alma a los pies, por lo menos en mi caso. Porque de siempre se ha sabido que hay condiciones (malas condiciones, mejor dicho) de conservación que afectan a los libros y llegan a destruirlos; y que hay bichos que se alimentan de ellos y acaban por destruirlos si no se le pone remedio; pero es triste llegar a la conclusión de que el mayor destructor de libros a lo largo de la historia ha sido, como seguramente ya os imaginaréis, el hombre. Y muchas veces por los motivos más absurdos; en fin, que leyendo este libro ha habido ratos en que me apetecía que los humanos nos extinguiéramos ya de una vez, porque últimamente me da demasiadas veces por pensar que somos peores que los virus...


Conclusión

Para terminar, sólo me queda decir que recomiendo esta lectura pero claro, con reservas. Si os interesa el tema de la biblioteconomía, la historia de las bibliotecas y de los libros, os apetece aprender cosas nuevas sobre ello o simplemente tenéis curiosidad por conocer detalles sobre la destrucción de los libros (aunque como decía por ahí arriba a ratos se te caiga el alma a los pies), creo que esta será una lectura ideal para vosotros. Si por el contrario el tema no os atrae ni lo más mínimo, o simplemente os echa para atrás la posibilidad de acabar saturados de información, mejor que ni os acerquéis a él porque desde luego denso es un rato.

Yo desde luego tengo claro que lo volveré a leer en alguna otra ocasión; pero casi mejor saboreándolo, o leyendo por ejemplo un capítulo concreto que me llame la atención en un momento determinado, porque merece la pena repetir lectura. Y por último, un par de citas que aparecen al principio del mismo y que me han parecido de lo más reveladoras:
Allí donde queman libros, acaban quemando hombres (Heinrich Heine).

... cada libro quemado ilumina el mundo...
(R.W. Emerson).

30 comentarios:

  1. Mujer, ahorita mismo no es que sea un tema que me quite el sueño, ahora bien, eso de la quema de libros a lo largo de la historia sí que me toca la fibra. Y esas citas que pones al final resumen muy bien lo que pienso del tema.

    Por cierto, 300 años...¿no será la biblio de Elrond, no?, jajaja (brooooma, que el tema es serio)

    Un beso

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    1. Pues sí, a mí también me ha tocado la fibra pero bastante. Las citas es que son perfectas; quiero decir perfectas para expresar también lo que yo pienso del tema.

      La biblioteca de Elrond debe de tener más de 2.000 años, ¿no? :-P

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  2. El tema me atrae y me parece un libro interesante pero me echa para atrás que sea un libro muy denso ... A ver si lo puedo ojear y ya decido.

    bsos!

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    1. Pues sí, chica, denso es un rato. Pero bueno, si lo encuentras por ahí y lo ojeas ya me contarás si te animas o qué. ;-)

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  3. Qué libro más interesante, aunque entiendo que hay que tomárselo como una lectura pausada para poder leer tanta nota (¡uf! 600).
    No sé si conoces "La biblioteca de noche" de Alberto Manguel, es un ensayo sobre las bibliotecas a lo largo de los siglos, también con notas a pie de página (muchas menos). Por cierto, en este libro fue donde Antonio G. Iturbe encontró la referencia a la biblioteca de Auschwitz y tirando del hilo investigó y se documentó hasta publicar "La bibliotecaria de Auschwitz".
    Un abrazo

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    1. La verdad es que sí es interesante pero efectivamente, para leerlo con calma... No conocía La biblioteca de noche ni que de ahí hubiera surgido La bibliotecaria de Auschwitz, así que como tengo apuntado este, me apunto también el otro ahora mismo. ¡Gracias!

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  4. Interesante se ve, pero que sea tan denso... Uf, no sé. Probaré suerte en la biblio para echarle un ojito, a ver si me atrevo.
    Besotes!!!

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    1. La verdad es que sí, denso es y bastante. Así que si lo encuentras y puedes echarle un vistazo antes, casi mejor.

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  5. A mi no me llama demasiado! besos

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  6. Un libro ciertamente un poco técnico. Me llamó el título, pero las no suelo embarcarme en este tipo de lecturas por puro placer. En todo caso, reitero lo que dije: un libro interesante para los profesionales del sector. Buen fin de semana.

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    1. La verdad es que sí, técnico es bastante. Vamos, que como bien dices no es para leer por puro placer a no ser que te interese el tema por tu profesión, como es mi caso.

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  7. Me encanta!!!
    Me parece super interesante, lo ficho. Gracias por la reseña =)

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    1. ¡¡Genial!! Ya nos contarás qué te parece si te animas con él.

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  8. A la lista que va ahora mismo pero ¿será difícil de conseguir? Lo tuyo fue un poco un golpe de suerte que te cruzaste con él. Para mí es como un Bradbury documentado y sin distopía, voy a ver si lo veo por ahí. Un beso :)

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    1. Pues la verdad es que las veces que he pasado por la Nacional seguía estando allí, así que supongo que lo tendrán habitualmente. Ya me contarás si lo lees al final. :-)

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  9. Me gusta la temática pero creo que ahora quiero ponerme con lecturas más dinámicas de más fácil lectura.

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    1. Huy, esto de dinámico tiene más bien poco, jajajaja.

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  10. Me interesa la temática pero este libro me parece más bien para especialistas en la materia y no es mi caso.
    Besos,

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    1. Sí, supongo que está más dirigido a bibliotecarios que otra cosa. Pero si te lo lees algo aprenderás seguro.

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  11. Un libro muy interesante, pero me echa un poco para atrás que tenga tantas páginas y sea tan denso. Miraré si lo tienen en el biblioteca y lo cotillearé un poquito.
    Besos

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  12. Bueno, a mí me parece un tema interesante y como amante de los libros siento curiosidad por todo lo que los rodea, aunque sea algo tan triste como su destrucción, pero creo que esta especie de tesis doctoral un poco densa pero sin el como, es para leerla precisamente como tú dices al final, a ratitos, distanciada en el tiempo, intercalándola con otras lecturas... Creo que así será más fácil disfrutarlo. Que duermas bien.

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    1. Sí, mejor dosificarse la lectura por si acaso. Pero si te animas con él espero que te guste. :-)

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  13. Suena interesante pero me da la impresión de que se me haría algo pesado,,,
    CReo que por ahora la dejo pasar.
    Un beso!

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    1. Es interesante, sí, pero de lectura ligera tiene más bien poco...

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  14. No entiendo como se me ha pasado esta "entrada", porque es muy interesante todo lo que cuentas. El tema tiene su enjundia y me llama la atención, así que intentaré hacerme con el libro, aunque lo veo pelín técnico ¿no?.

    Un beso.

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    1. La verdad es que sí, técnico es un rato. Pero oye, lo mismo te encanta.

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