martes, 26 de junio de 2012

Sorteo de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Volvemos con una nueva edición del concurso Entretelibros de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. La pregunta de esta quincena es la siguiente:

¿Qué filósofo se entretenía haciendo juegos de palabras con el vocablo griego que significa cultura (paideia) y el que significa juego (paidia)?

Para los que queráis participar, el plazo se abrió a las 00:00 horas del 26 de junio y permanecerá hasta las 24:00 del 10 de julio.

Si conocéis la respuesta y queréis animaros con el concurso, podréis entrar en el sorteo de un lote de libros de ASSITEJ-España. ¡Suerte!

domingo, 17 de junio de 2012

Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos - Rodrigo Muñoz Avia

Publicación: Madrid: Punto de Lectura, 2006
Edición: 1ª ed.
Descripción física: 233 p.; 20 cm.
ISBN: 84-663-6859-0
CDU: 821.134.2-31"19"
Signatura: N MUÑ psi
Precio: 7,99 euros en la Casa del Libro






¿QUIÉN ESTÁ PEOR DE LA CABEZA?

Hasta hace un par de meses no tenía ni idea de la existencia de esta novela ni de su autor. Pero un día en el trabajo, hablando de libros y lecturas, me enteré de que una de mis compañeras tiene un marido escritor (bueno, en realidad es el único marido que tiene, no es que tenga ningún otro marido más con otra profesión); y cuando mencionó el título de uno de los libros que había escrito, le pedí que me lo prestara porque tenía claro que seguro que me iba a gustar. Y es que tengo amigos y conocidos tanto psiquiatras como psicólogos, y muchas veces les digo que por lo general ellos suelen estar peor que los pacientes a los que tratan; así que no me podía resistir a leer un libro en el que ya directamente en el título se les incluye en la categoría de enfermos...


Argumento y personajes

En esta novela se nos cuenta el día a día de Rodrigo Montalvo, un hombre de 37 años que vive feliz con su mujer, Pati, sus hijos, Belén y Marcos y su gato Arnold, que a pesar de ser un gato tiene la curiosa costumbre de ladrar de vez en cuando. Como veremos, Rodrigo tiene una familia que le quiere, y además vive en una casa preciosa y tiene un buen trabajo en la empresa familia de ascensores Germán Montalvo, en la que él es el director general y su padre, Germán, es el presidente; aparentemente, no puede pedirle más a la vida.

El único problemilla de Rodrigo es que de vez en cuando, así como quien no quiere la cosa, cuando se pone nervioso se le traba la lengua y dice algunas cosas cambiando las letras; por ejemplo, en lugar de decir "quiero vivir mi vida" dice "quiero vivir mi diva", o cambia unas palabras por otras, y cosas así. Pero lógicamente, esto no es para preocuparse ni muchísimo menos; total, a una tontería como esa, teniendo una vida casi perfecta, no merece la pena ni que se le dé importancia. Aunque claro, con lo que nuestro protagonista no cuenta es con que un día tiene ese lapsus precisamente delante de Ernesto, el marido de su hermana Nuria que, casualidades de la vida, es psiquiatra. Ernesto es tan perfecto, tan inteligente, tan cuadriculado, que no puede dejar pasar la ocasión de decirle a Rodrigo que por supuesto está clarísimo que necesita ayuda (porque una cosa aparentemente tan poco importante como la parafasia puede derivar en otros problemas mucho mayores y con más difícil solución), y que él se la puede prestar perfectamente; y eso que ese día a Rodrigo le dio el lapsus precisamente por culpa de Ernesto, que llevaba una chaqueta horrorosa con unos botones peludos muy extraños...

Rodrigo tiene claro que no le pasa nada, que se encuentra perfectamente y que no necesita ayuda de nadie y mucho menos de un psiquiatra; pero cuanto más le insisten sus familiares en preguntarle si de verdad está bien, más nervioso se pone; y claro, cuanto más nervioso se pone, más ataques de parafasia le dan y más fuertes cada vez. Así que para que le dejen tranquilo, finalmente decide ir a la consulta de Ernesto para comenzar con el tratamiento. Después de la primera sesión, Rodrigo sale de la consulta de su cuñado con la sensación de haber perdido el tiempo, y días después recibe de él un informe sobre sus males, que más bien parece que está escrito en chino; claro que cuando Rodrigo le enseña el informe a su padre, él no se deja amedrentar por el lenguaje pedante de su yerno y aparte de reírse de él le dice que no le haga ni caso, que a Rodrigo no le pasa nada y que "Don Perfecciones" (así es como llama a Ernesto) lo único que quiere es quedar por encima y tener algo que decir.

Como está claro que Rodrigo ha ido a la consulta de Ernesto para cubrir el expediente y no tiene intención de volver, pero le siguen dando esos lapsus de vez en cuando (a veces incluso van a peor), decide buscar otro especialista, en este caso una psicóloga, la doctora Montesa. La conversación que tienen por teléfono cuando Rodrigo se decide a llamar no tiene desperdicio, como tampoco lo tiene el día en que nuestro protagonista va a la consulta para ver si la psicología puede ayudarle con su problemilla. Rodrigo irá pasando de unos especialistas a otros y acabará pensando que en realidad todos se ríen de la gente, porque cada uno le da un diagnóstico distinto, aunque en lo que sí coinciden todos es en que él deberá poner algo de su parte. Vamos, algo de sentido común...

Por supuesto, en un libro que habla sobre psiquiatras no podía faltar uno argentino, que en este caso es el doctor Héctor Fusilli, con el que Rodrigo tiene un primer encuentro de lo más surrealista porque el psiquiatra decide que en lugar de verse en la consulta, lo mejor es que queden para comer y conocerse en un lugar más distendido como si en lugar de un médico y un paciente fueran en realidad amigos. La sesión con este doctor tampoco tiene desperdicio, y hubo un momento en que a mí directamente me dio el ataque de risa leyendo su conversación en mitad del restaurante...


Mis impresiones

La primera palabra que se me ocurre para definir este libro es divertido. La verdad es que pasé un rato de lo más agradable leyéndolo, sobre todo porque me suena bastante la jerga que utilizan los psiquiatras y los psicólogos y además me pasa como a Rodrigo, que siempre me ha parecido que son un poco cantamañanas, por decirlo de una forma más o menos suave (por supuesto que nadie se ofenda, que está claro que tiene que haber de todo). Vamos, que siempre se empeñan en que te tiene que pasar algo por narices, y si no te pasa ya se encargan ellos de darle mil vueltas a la cosa para que sea así.

Está claro que los problemas mentales son algo muy serio, pero el autor consigue hablar de ellos de una manera no sólo humorística sino también muy campechana, de forma que todo el mundo entienda de lo que está hablando (al contrario que los psiquiatras, que como los médicos en general, se suelen empeñar en hablar de forma que nadie los entienda). Además los personajes son todos muy de andar por casa: una familia normal, con sus rencillas como en todas las familias (por ejemplo la hermana de Rodrigo, Nuria, es un poco estirada y en el libro se describe muy bien su carácter), y unas situaciones de lo más divertidas.

El personaje de Rodrigo me gustó muchísimo, porque además el pobre lo pasa fatal con todas las situaciones que le toca vivir; menos mal que sabe que siempre puede contar con su mujer, que le apoya en todo, y con sus hijos, que a su manera saben cómo hacerle que olvide por un momento sus problemas. Y otro de los personajes que también me gustó fue precisamente el padre de Rodrigo, que es la típica persona que hace lo que le da la gana sin preocuparse del qué dirán, y que siempre dice lo que piensa aunque sepa que no es políticamente correcto; con sus ocurrencias no pude evitar reírme en un montón de ocasiones.

Además de los psicólogos y psiquiatras, conocidos por todo el mundo, tendremos también a otros personajes secundarios típicos como la vecina cotilla, la asistenta más bruta que un arado, y no tan típicos (o quizá sí...) como el exhibicionista del pinar que hay en la urbanización, y que la mayoría de los vecinos cree y da por hecho sin ningún tipo de prueba que es el señor Lope de Vega, un personaje el pobre que a mí me cayó muy bien. Y que tiene un perro que no os digo cómo se llama porque el pasaje en el que lo descubrí es uno de los más divertidos de la novela. El caso es que aquí parece que en realidad todos los personajes necesitarían un psiquiatra, incluso los propios psiquiatras, porque no se sabe quiénes son los que están peor... Lo más divertido es que el autor nos cuenta la historia quitándole importancia a esto de los problemas mentales, porque todo lo que cuenta lo hace en clave de humor y la lectura se hace de lo más entretenida, sin llegar a ser insulsa ni superficial en ningún momento, a pesar de estar llena de situaciones de lo más surrealistas que harán que no nos aburramos ni un solo segundo mientras la estemos leyendo.


Conclusión

¿La recomiendo? Sin dudarlo ni un momento, sí. Es una novela divertida, que se lee muy bien y muy rápido (demasiado, para mi gusto, porque cuando se terminó me di cuenta de que me había sabido a muy poco), que nos hará reír en muchos momentos y que sobre todo nos hará plantearnos cuál es la mejor forma de ser feliz en la vida; pero sobre todo sin llegar a ser un libro de autoayuda, que ya sabéis que esos no me convencen nada de nada...

Puede que si lo lee algún psicólogo o psiquiatra se sienta incluso ofendido, pero no creo que haya sido esa la intención del autor; desde luego, si alguno de estos profesionales se ofendiera al verse retratado de esta manera en la novela, demostraría que tiene muy poco sentido del humor, porque en ningún momento se les hace de menos ni se les critica exactamente. Es sólo que el autor ha tenido una manera muy peculiar de hablar sobre el trabajo que desempeñan; pero insisto, creo que en ningún momento nadie debería sentirse ofendido leyendo esta historia. A mí desde luego me ha hecho pasar un rato de lo más agradable...

martes, 12 de junio de 2012

Sorteo de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Volvemos con una nueva edición del concurso Entretelibros de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. La pregunta de esta quincena es la siguiente:

¿En qué poema rememora José Manuel Caballero Bonald los olores de su infancia?

Para los que queráis participar, el plazo se abrió a las 00:00 horas del 12 de junio y permanecerá hasta las 24:00 del 26 de junio.

Si conocéis la respuesta y queréis animaros con el concurso, podréis entrar en el sorteo de varios ejemplares de las editoriales Eugenio Cano, Salto de Página y CELYA. ¡Suerte!

lunes, 11 de junio de 2012

El oráculo de los peces - Ángeles García

Publicación: Madrid: Martínez Roca, 2012
Edición: 1ª ed.
Descripción física: 192 p.; 22 cm.
ISBN: 978-84-270-2951-4
CDU: 821.134.2-31"19"
Signatura: N GAR ora
Precio: 15,95 euros en la Casa del Libro






NUNCA ES TARDE...


De nuevo he tenido ocasión de leer un libro gracias a un sorteo organizado en un blog, esta vez el de Carmina. Si resultabas agraciado con uno de los diez ejemplares, como es habitual tenías que participar después en la lectura conjunta, así que aquí estoy con mi reseña.

En realidad no tenía muy claro si iba a poder participar en la lectura, porque el libro se hizo bastante de rogar y tuvo un viaje de lo más accidentado; primero Carmina me pidió mis datos porque le dije que justo cuando acababa el plazo de presentarse al sorteo yo estaba de viaje y no iba a poder reclamar el ejemplar en las 48 horas siguientes, en caso de que me tocara (como así fue). Y después, entre que los mensajeros se presentaban en casa sin avisar y no me encontraban, y que al llamarles yo para avisarles de cuándo iba a estar no aparecían, veía que al final llegaba la fecha en la que me tocaba publicar y no me había dado tiempo ni a empezar a leerlo. Menos mal que finalmente no fue así, porque además lo terminé de leer el mismo día que lo empecé.


Argumento y personajes

La protagonista de la historia es Alexis, una mujer de treinta y siete años que se dedica al mundo de la moda. Ha alcanzado un éxito absoluto en su trabajo, y todo ello gracias a haberse dedicado en exclusiva a vivir por y para él; en contraposición, su vida personal y sentimental deja bastante que desear... Cuanto mejor le ha ido yendo en el trabajo, peor han sido sus relaciones. Y aunque está contenta con su posición, en el fondo tiene envidia de sus amigas de toda la vida, todas casadas y con una vida de lo más familiar.

Un día, Alexis debe acudir a la presentación de una nueva colección de ropa; y cuando se está preparando para acudir al lugar de la cita con su jefa, ésta la llama y le dice que ha perdido su avión y le es imposible llegar a tiempo, así que Alexis deberá hacer la presentación ella sola. Al principio ella se pone muy nerviosa y piensa que no será capaz de hacerlo, pero como siempre la perspectiva de subir un escalón más en su nivel laboral se le antoja como algo que en una situación así no puede rechazar, así que decide liarse la manta a la cabeza e intentar hacerlo lo mejor posible.

Sin embargo no llegará a la presentación, porque de camino a ella, en la limusina que la llevará hasta allí, se toma una bebida para calmar sus nervios y refrescarse un poco, y cuando quiere darse cuenta se empieza a marear; cuando se despierta no recuerda nada de lo que ha pasado, y se encuentra sola y sin sus pertenencias en una cabaña en mitad de ninguna parte. Lo primero que piensa es que ha sido secuestrada, pero enseguida se da cuenta de que la cabaña no está cerrada y de que puede salir de ella cuando quiera. Allí conocerá a Jonás, un ermitaño que vive en esos parajes y que parece que dedica su vida únicamente a ocuparse de los peces de colores que hay en un estanque.

Pero no son unos peces normales, sino unos que responden a las preguntas que se les hacen. Escuchan las historias de quienes buscan su consejo, y ellos, que son sabios, se comunican moviendo los guijarros del fondo y creando con ellos formas que el destinatario del consejo deberá descifrar. Pero son especialistas en historias de amor, así que Alexis finalmente se convencerá y decidirá desahogarse y contarles uno por uno todos sus fracasos amorosos, seis en total.


Mis impresiones

La editorial encuadra este libro dentro del género de autoayuda; pero eso lo descubrí cuando ya me había apuntado a la lectura conjunta. Quizá si lo hubiera leído antes, no me habría molestado en apuntarme porque todo lo que lleve la coletilla "autoayuda" directamente me tira para atrás. En este caso creo que la editorial no ha acertado, porque no se trata exactamente de un libro de autoayuda propiamente dicho aunque en algunos pasajes tenga ese tufillo tan característico de este tipo de libros. Pero creo que lo mejor es tomarse la lectura como un rato de entretenimiento sin más; al menos eso es lo que yo he intentado hacer, y no me ha resultado del todo mal. Porque si llego a tomármelo como un libro más de autoayuda, me habría cortado las venas directamente; hace tiempo alguien me sugirió que leyera un libro de Jorge Bucay y acabé un poco asqueada de las (a mi juicio) tonterías y perogrulladas que decía este señor...

Por otras reseñas que he leído por ahí, parece que no todo el mundo tiene tan claro que el libro esté bien clasificado en este género; yo lo calificaría más bien de novela amorosa, aunque también es cierto que casi me dio un aire cuando leí que el subtítulo era la novela que te ayudará a encontrar el amor. Después de tanto trajín para que por fin me llegara el libro, pensé que al menos merecía la pena darle una oportunidad, pero la verdad es que si no llega a ser porque me había comprometido con la lectura conjunta, quizá lo habría dejado pasar... Y ahora no es que me haya arrepentido de haberlo leído ni mucho menos, porque soy de las personas que piensan que de todos los libros se puede sacar algo bueno. Aunque está claro que de unos libros más que de otros.

En este caso, la historia se lee muy bien y está escrita de una forma que se hace bastante amena, aunque por encima de todo destacaría que no he sido capaz de ningún momento de empatizar con la protagonista, como ya me pasó hace no mucho con la protagonista de Loca Novelife. Siempre he tenido claro que cada uno es muy libre de hacer con su vida lo que le parezca más oportuno, pero también es cierto que no soy capaz de entender a esas personas que sólo viven para su trabajo; incluso si te dedicas a trabajar en lo que más te gusta en el mundo, supongo que en la vida hay otras cosas además de eso.

Por un lado, Alexis es feliz por haber conseguido llegar, laboralmente hablando, tan alto; pero por otra parte envidia en el fondo a sus amigas, que están casadas o son madres y tienen una familia convencional. Lo que no he entendido demasiado bien es por qué narices esta chica se empeña en estar con un hombre a toda costa; vale que hay gente que no sirve para estar sola, porque eso nos ha pasado a todos en algún momento de nuestra vida, o incluso a algunas personas les pasa continuamente. Pero es que no consigo comprender que, pudiendo vivir como una reina gracias a su trabajo, Alexis se empeñe en aguantar carros y carretas con tal de tener a un hombre a su lado.

Al ir conociendo sus historias amorosas, habrá momentos en los que incluso sintamos pena por ella, aunque este ejercicio de contarle su vida a los peces sabios le vendrá bien como terapia porque al ir descifrando las figuras que se forman con las piedras, hará memoria y se dará cuenta de qué es lo que ha fallado en cada una de sus relaciones. Esa es otra, que se empeña en poner a sus ex de vuelta y media cuando a lo mejor no toda la culpa es de ellos sino en parte también de ella... Se supone que estas cosas son de dos. Pero claro, Alexis se empeña en comparar a todos sus novios con Ángel, su primer amor, y salen todos perdiendo porque a Ángel lo sigue teniendo idealizado después de veinte años... Aunque iremos viendo que el personaje sufre una ligera evolución y se va dando cuenta precisamente de que en los asuntos del corazón las cosas y las culpas suelen ser cosa de dos... Yo estaba casi convencida de que la autora iba a aprovechar las historias de Alexis para poner a los hombres de hoja de perejil, pero no ha sido así; de hecho uno de los capítulos se titula Los hombres no cambian (y las mujeres tampoco).

Lo que sí me parece bastante original en esta historia, o al menos yo no había leído nada parecido, es lo de incluir a los peces; hay gente que se desahoga hablando con sus amigos, otros van al psiquiatra o al psicólogo, otros se lo cargan todo a las espaldas... Y Alexis habla con los peces, que la irán ayudando mediante esas figuras que forman con las piedras del fondo del estanque, a analizar qué ha sido lo que ha fallado en cada una de las relaciones que no ha llegado a buen puerto. Me cayeron simpáticos los peces, vaya. Y además a lo largo del libro tendremos ocasión de ver ilustraciones con las figuras que van formando.

Las historias de amor de Alexis las podremos distinguir perfectamente del resto de la historia porque están siempre escritas en cursiva. Con ellas iremos conociendo a cada uno de sus amores, y la verdad es que con alguna situación no he tenido más remedio que reírme porque la pobre hay cosas que se las busca ella misma, pero otras le vienen casi sin que se dé cuenta y yo es que me partía de risa imaginándome la situación concreta. Así conoceremos a Miguel, que resultó no ser como parecía; a Anthony, un hombre mayor con miedo al compromiso; Juanjo, un profesor de pilates de lo más fogoso... Al final de cada capítulo amoroso será donde encontremos el dibujo que los peces forman con las piedras del estanque; y a partir de ahí Alexis tendrá que devanarse los sesos (la mayoría de las veces con la ayuda de Jonás) para intentar averiguar qué es lo que los peces quieren decir.


Conclusión

Por supuesto, en primer lugar quisiera agradecerle a Carmina que me haya dado la oportunidad de leer este libro, aunque cuando se organizan cosas así siempre se cuenta con que no a todo el mundo le va a gustar un libro por igual. En mi caso no es que me haya disgustado, ni mucho menos, porque la historia es entretenida, se lee rápido y además seguro que en algún momento (o incluso en más de uno) nos identificaremos perfectamente con las situaciones y los personajes que irán apareciendo en la novela. No me ha terminado de convencer demasiado el final (del que por cierto viene el título de la opinión), pero bueno... Lo que tengo claro es que no pasará a la historia como una de mis mejores lecturas, ni desde luego estoy de acuerdo con la frase que aparece en la contraportada y que dice algo así como una novela que te cambiará para siempre. Demasiado pretencioso me parece eso, la verdad.

¿La recomiendo? Pues con reservas; desde luego si te gusta el género de la autoayuda (aunque ya he dicho que no todo el mundo se pone de acuerdo en que ése sea el género correcto para este libro), seguro que disfrutarás leyéndola; y si como yo eres de los que oyen la palabra de marras y salen huyendo en dirección contraria, tienes dos opciones: o no leerla o, como decía antes, tomártela simplemente como una historia más con la que pasar el rato. Yo le daría una oportunidad; pero claro, eso lo digo después de haberla leído, porque posiblemente no me habría animado con ella por propia iniciativa, ni creo que la hubiera leído de no ser por la forma en la que ha llegado a mis manos...

domingo, 3 de junio de 2012

Sorteo - Kayena Libros


Kayenna, del blog Kayena Libros: negro sobre blanco, organiza un nuevo sorteo del mes, como siempre de tres libros; el ganador podrá elegir uno de los siguientes títulos:

  • Volverán a por mí, de Josan Hatero y Use Lahoz,
  • Fantasmas de Kensington, de J.D. Álvarez, y
  • El enredo de la bolsa y la vida, de Eduardo Mendoza.

Se pueden conseguir puntos para el sorteo, y si además sois de los primeros en comentar, tendréis la posibilidad de elegir con qué números preferís participar. Si os queréis apuntar podéis ver todos los detalles, así como los requisitos que se nos piden, en la entrada del blog de Kayenna. ¿Os animais?

viernes, 1 de junio de 2012

Tres vidas de santos - Eduardo Mendoza

Publicación: Barcelona: Seix Barral, 2009
Edición: 1ª ed.
Descripción física: 189 p.; 21 cm.
ISBN: 978-84-322-1274-1
CDU: 821.134.2-32"19"
Signatura: N MEN tre
Precio: 6,95 euros en la Casa del Libro





SANTOS DE OTRA CLASE

Hace unos días me tocaba viajar a nuestra oficina de Ciudad Real con unos compañeros; para variar fui la primera en llegar a Atocha, así que como veía que en breve me iba a quedar sin lectura, y eso de acabar un libro y no tener otro a continuación para poder seguir leyendo me agobia un poco, me di una vuelta por el tenderete de prensa y libros que hay en la misma estación. Eché un vistazo rápido, porque tampoco tenía mucho tiempo para entretenerme, y cuando vi que tenían este libro de Eduardo Mendoza, que no había leído, me lo llevé puesto.



Los relatos. Mis impresiones

Como son tres relatos bastante cortos, creo que en este caso no merece la pena dedicar un apartado exclusivo dedicado al argumento y a los personajes, sino que contaré en uno solo lo que me ha parecido cada uno de los relatos por separado. En ellos, sin embargo, sí hay un rasgo común, y es que sus personajes principales son personas de a pie, normales y corrientes, pero el autor los califica de santos, aunque no lo sean en sentido estricto, porque están dispuestos a renunciar a todo por una idea. Así, no son de los que realizan milagros o sufren ningún tipo de martirio, pero sí tienen claro que cuando se ama una idea hay que hacer todo lo posible por perseguirla.

La ballena
Este relato se desarrolla en Barcelona, y aunque no tenemos claro exactamente cuándo tiene lugar, sí podemos hacernos una ligera idea, ya que se cita de pasada que son los años de la guerra fría. El caso es que en la ciudad va a tener lugar un evento episcopal al que asistirán obispos de todo el mundo, y en el obispado se encargan de buscarles acomodo para los días que va a durar el evento. 
A casa de la tía Conchita (se trata de la tía del niño que nos relata esta historia) llega el obispo Putucás, oriundo de un país de Centroamérica que casi ni aparece en los mapas. Pero a la familia no le importa, ya que no todos los días tiene uno la ocasión de recibir en su casa nada menos que a un obispo, y se preparan todos convenientemente para recibirlo. El momento en el que el protagonista nos cuenta cómo es la llegada del obispo a casa de su tía, yo me partía de risa leyéndolo; tanto preparativo y tanto ensayo para recibirlo, y luego se llevan todos una desilusión... 
Al final la cosa se complica un poco y el obispo Putucás se ve obligado a quedarse en Barcelona una temporada más, porque justo cuando está allí estalla una guerra civil en su país; como además el obispo era conocido por su oposición a las ideologías del nuevo gobierno, no se le permite la entrada en su tierra. Y claro, la tía Conchita, tan religiosa ella, ahora ya se siente un poco incómoda de tener en su casa alojado a un fraile que es medio comunista. El pobre hombre acaba siendo Fulgencio a secas, nada de llamarle señor obispo, y se ve dando tumbos de un sitio a otro.
Además de conocer la historia del obispo (no quiero destripar nada más), Mendoza hará un retrato de toda la familia con la que se relaciona Fulgencio Putucás en el relato. Y, como suele hacer el autor en todas sus historias, hará un retrato perfecto del carácter de cada uno, desde la mujer que se casa por dinero y se cree superior, hasta la familia más humilde que a pesar de todo vive feliz. No me esperaba para nada el final de este relato, y me sorprendió bastante, a la vez que me dejó una sensación un poco agridulce.
El final de Dubslav
En este caso se nos cuenta la historia de Dubslav, que comienza cuando éste recibe una carta en la que le notifican que su madre ha fallecido, justo el mismo día en el que le han concedido el Premio Europeo a la Realización Científica por sus investigaciones en el campo de la oftalmología. Dubslav se encuentra en esos momentos en uno de sus viajes por el mundo, y da un salto en el tiempo para contarnos cómo ha llegado hasta allí. Después iremos conociendo más facetas suyas, de su infancia y de su relación (más bien no-relación) con su madre, que vivía por y para la ciencia.
Poco a poco nos iremos dando cuenta de que en realidad la mala de la película no es la madre de Dubslav, sino que él mismo es un poco pasota y aunque su madre no se lo haya puesto fácil para tener una relación más estrecha entre ellos, debido a su trabajo, la verdad es que él tampoco ha puesto nada de su parte nunca por conseguirlo. Se ha pasado media vida viajando y viviendo del cuento, ya que su madre ha dispuesto para él una asignación mensual con la que puede vivir sin pegar un palo al agua; y a mí me dio la sensación de que a este personaje le da igual absolutamente todo. Vamos, que se ha dedicado a viajar como se podría haber dedicado a aprender encaje de bolillos, más o menos...
Tras conocer más detenidamente cómo ha sido la vida de Dubslav hasta el momento en el que comienza la historia, lo que nos queda por saber es si llegará a tiempo para recoger el premio en nombre de su madre; porque ya desde el principio nos daremos cuenta (y él también) de que no va a llegar a tiempo para poder asistir a su entierro. Y el caso es que en el fondo parece que también esto le da un poco igual; a lo mejor era percepción mía, pero de verdad es que me puso un poco de los nervios que fuera tan huevón este muchacho.
El malentendido
En este último relato nos iremos a un escenario totalmente distinto; se trata esta vez de una cárcel, en la que entre otros se encuentra recluido Antolín Cabrales, que para que le reduzcan la pena por buen comportamiento se dedica a apuntarse a todos los cursos que se organizan en la prisión; en realidad ninguno de ellos le interesa y ni siquiera llega a terminarlos, pero lo hace por cubrir el expediente y poco más.
Las cosas cambiarán cuando llegue a la cárcel Inés Fornillo, una profesora de literatura que hará que Antolín empiece a ver las cosas de otra manera. Inés les da a leer a sus alumnos en clase extractos de obras literarias para que las analicen y den su opinión sobre ellas, y Antolín enseguida se dará cuenta de que realmente le gusta esto de leer... La profesora le empieza a recomendar libros y Antolín acaba por leerse todos los que hay en la biblioteca carcelaria; más tarde Inés le hace llegar algunos por correo (incluso sabiendo que está prohibido hacerlo), y sin embargo cuando él sale de la cárcel dejan de tener contacto.
La pena es que pierden el contacto por un pequeño malentendido, y sin embargo ninguno de los dos consigue olvidar al otro durante muchísimos años. Por supuesto no voy a destripar el final, pero sí os adelanto que se trata de una historia que nos hará (por lo menos a mí) reflexionar sobre la importancia de hablar las cosas claramente y no callarnos nada, para que precisamente no nos ocurra lo mismo que a estas dos personas. Como dice el refrán, el uno por el otro y la casa sin barrer; esta frase podría ser perfectamente el resumen de este último relato.

Conclusión

Después de todo esto, supongo que sólo falta añadir si recomiendo esta novela o no... Al tratarse de relatos, y con tan pocas páginas, se lee bastante rápido así que como siempre digo, si al final resulta que no nos gusta no tendremos la sensación de haber perdido mucho tiempo con ella. En mi caso sí me ha gustado, aunque como suele ser lógico, unos relatos más que otros; lo que sí se nota, y si no lo hubiera leído en el prólogo habría visto que pasaba algo "raro", es que cada uno de los tres relatos está escrito en una época diferente. Dice el autor que los revisó para su publicación en un solo libro, pero no debió de retocarlos demasiado porque se nota claramente la diferencia temporal entre unos y otros; no sabría explicarlo muy bien, pero algo se nota.

A pesar de que me ha gustado, desde luego no es mi obra favorita de Mendoza; sí que se observan sus típicos toques de humor en todos los relatos, pero tampoco es que se haya explayado mucho con esto. Desde luego, si es la primera vez que vais a leer a Mendoza sí que no lo recomendaría para estrenarse con este autor. Quizá es mejor leer primero otras cosas si uno no está acostumbrado a su estilo; pero que conste que no es que sea un libro malo, todo lo contrario. Es simplemente que en este caso no me ha parecido tan "mendoziano" como a mí me habría gustado...