miércoles, 31 de octubre de 2018

Los crímenes de Mitford - Jessica Fellowes

Estamos en 1919, y Louisa Cannon sueña con escapar de su vida de pobreza en Londres y, sobre todo, de su peligroso y opresivo tío. Su única salvación está dentro de la casa de los Mitford en Asthall Manor, en el campo de Oxfordshire. Allí se convertirá en institutriz, acompañante y confidente de las hermanas Mitford, especialmente de Nancy, de dieciséis años, una chica joven y mordaz, fantasiosa e imaginativa.

Sin embargo una enfermera, de nombre Florence Nightingale Shore, será asesinada en un tren a plena luz del día, y Louisa y Nancy se encontrarán envueltas en los crímenes de un asesino que hará cualquier cosa para ocultar su secreto.


Edición: 1ª ed.
Publicación: Barcelona: Roca Libros, 2018
Descripción física: 400 p.; 24 cm.
ISBN: 978-84-17-16781-3
CDU: 821.111-31"20"
Signatura: N FEL cri
Precio: 19,90 euros en Casa del Libro.


Cuando me propusieron leer esta novela, recuerdo que me quedé pensando en que el apellido de la autora me resultaba de lo más familiar; no conseguía recordar dónde lo había visto antes, hasta que en la portada leí esa frase final que aclara que es la autora de El mundo de Downton Abbey. Ahí ya caí en que quien realmente me sonaba era su tío, Julian Fellowes, el guionista de Downton Abbey, la serie inglesa que vi en su día y que me encantó, no sólo por la historia en sí sino también por la forma tan bonita en que para mi gusto la contaron.

Buscando por internet, averigüé que esta novela es la primera entrega de una serie de varios libros, todos ellos relacionados con un crimen y la posterior investigación para resolverlos; esta investigación suele estar siempre encabezada por Nancy, la mayor de las hermanas Mitford, que también averigüé que existieron de verdad. Así que como vemos, se trata no sólo de una novela policiaca al uso, sino que aparecen a lo largo de la historia personajes reales; y a pesar de que Nancy Mitford fue real, y a pesar de que es ella misma la que suele investigar los crímenes, no es la única protagonista sino que, al menos en esta primera entrega, comparte ese protagonismo con Louisa Cannon, la joven institutriz que llegará a ser su amiga, por supuesto dentro de los límites que a principios del siglo XX se establecían para las relaciones entre aristócratas y servidumbre. El asesinato que ocurre en esta novela es también real, ya que la persona a la que asesinan es la enfermera Florence Nightingale Shore, aunque la autora nos explica que para escribir la historia se tomó algunas libertades y narró los hechos añadiéndoles cosas de su propia invención.

Dicho esto, podría parecer que la historia gira en torno a la resolución del asesinato de la enfermera Florence Nightingale; y efectivamente es así, pero no se trata únicamente de esto sino que a lo largo de la lectura iremos profundizando en los diferentes personajes hasta llegar a conocerlos muy bien; y podremos disfrutar además de una ambientación muy lograda, con unas descripciones perfectas tanto de los lugares como de los ambientes en los que se va sucediendo la acción, así como de cómo se vivían los años inmediatamente posteriores a la Primera Guerra Mundial. Y tendremos ocasión de conocer todo esto a través de diferentes prismas, ya que la autora nos ofrece el punto de vista de las clases bajas por un lado, y por otro de las acomodadas; exactamente igual que se nos cuenta la historia que sucede en Downton Abbey, y es que mientras iba leyendo la novela no podía evitar acordarme cada dos por tres de esta serie, además de por supuesto pensar en mi adorada Agatha Christie, a la que leí por primera vez cuando era muy jovencita y cuyas novelas me atraparon por completo.

Una de nuestras protagonistas es Louisa Cannon, que vive en un barrio muy humilde con su madre viuda y su tío, este último bastante sinvergüenza y aprovechado; después de una escena bastante traumática a causa de él, Louisa decide que es el momento de abandonar su hogar y aprovechar la ocasión que se le brinda de trabajar como doncella en casa de los Mitford. En su camino se cruzará no solo esta familia sino también el asesinato de la enfermera Nightingale, que tiene lugar en el mismo tren en el que ella viaja, y precisamente a raíz de este crimen conocerá a Guy, uno de los miembros de la policía ferroviaria, que lleva a cabo la investigación. A través de él y de la relación que establece con los implicados y testigos de los momentos anteriores al crimen, iremos conociendo todos los pormenores del suceso; y por supuesto todo estará aderezado con detalles sobre la vida de Louisa en la mansión de los Mitford, el día a día en su nueva vida, su relación con los miembros de la familia y sobre todo el temor a que su tío consiga localizarla y la obligue a volver a casa. Aunque al mismo tiempo se sentirá durante todo el tiempo preocupada por su madre; es un auténtico dilema el que vive nuestra protagonista. También, como si se tratara de viajes en el tiempo, tendremos ocasión de conocer el contenido de las cartas que escribió Florence antes de su trágico final, lo que en algunos momentos resultará sorprendente cuanto más vayamos profundizando en su historia. Por supuesto, el número de personajes secundarios a los que iremos conociendo a lo largo de la narración es realmente grande, aunque he preferido quedarme con los principales para no desvelar nada que no deba.

Si os gustan las novelas policiacas envueltas en un halo de misterio y además ambientadas en otra época, y por supuesto si sois admiradores de la obra de Agatha Christie, seguro que disfrutaréis con esta lectura. Y si el tema policiaco no os llama demasiado la atención, siempre os lo podéis tomar como una lectura más bien tirando a costumbrista, o incluso a histórica en algunos momentos. A mí desde luego esta primera entrega me ha enganchado desde el principio, no sólo por la curiosidad de ir conociendo tanto a Louisa como a la familia Mitford o a Guy, sino también por ese juego que tanto me gusta cuando leo novelas policiacas, y que no es otro que el de intentar adivinar, a través de sucesos y pistas, quién será el asesino.

Como siempre, no quiero terminar esta reseña sin dar las gracias a la iniciativa #SoyYincaner@, de Kayena y Carmina, y por supuesto a Roca Libros por el ejemplar que me ha facilitado.


miércoles, 10 de octubre de 2018

Talión - Santiago Díaz

Marta Aguilera, una periodista comprometida con su oficio, recibe una noticia que cambiará su destino: un tumor amenaza su salud y le quedan apenas dos meses de vida. Sin nada que perder ni nadie a quien rendir cuentas, Marta siente que la realidad es un lugar amenazante y decide ocupar el tiempo que le queda impartiendo justicia.

En una carrera contrarrreloj por su propia vida y contra la inquebrantable inspectora Daniela Gutiérrez, Marta Aguilera tratará de aplicar su particular ley del talión.




Edición: 1ª ed.
Publicación: Barcelona: Planeta, 2018
Descripción física: 448 p.; 24 cm.
ISBN: 978-84-17-30500-0
CDU: 821.111-31"20"
Signatura: N DIA tal
Precio: 19,50 euros en Casa del Libro.


De nuevo, y gracias a la iniciativa #SoyYincaner@, de Kayena y Carmina, he tenido ocasión de estrenarme con un autor al que no conocía de nada. Ya os hablé en una entrada anterior del agradable encuentro que tuvimos con Santiago Díaz, en el que las integrantes del "Comando Madrid" de yincaneras estuvimos durante una tarde de lo más animada charlando sobre su primera novela, Talión; y hoy toca hablar de mis impresiones después de esta lectura.

Estamos ante la primera novela de Santiago, aunque esta no es su primera vez como escritor ya que es, desde hace tiempo, guionista de la famosa serie televisiva El secreto de Puente Viejo, que por cierto descubrí gracias a mi madre. Y por mi parte, aunque suelo seguir escrupulosamente el orden lector, lo que significa que voy leyendo los libros en el mismo orden en el que han ido llegando a mis manos, llevo una temporada en la que esto de "yincanear" me puede y en cuanto me proponen un libro no me puedo resistir. Así que como intuiréis, a Talión le llegó el turno antes de tiempo; aunque tengo que decir que no me arrepiento para nada.

Nos encontramos ante una historia de lo más curiosa, que además me ha enganchado desde el principio; de hecho uno de los días en los que iba leyendo, en el transporte público de camino a casa después del trabajo, me pasé la parada de metro por ir tan enfrascada en la novela. Y es que una de las cosas que más me ha llamado la atención de la historia es lo "peliculera" que es; y esto no lo digo peyorativamente sino todo lo contrario, en el buen sentido, porque la prosa de Santiago es tan visual y te hace meterte tanto en la trama, que es exactamente igual que si estuvieras viendo una película de acción de lo más trepidante, de esas que te encantaría que no tuvieran anuncios para no tener que dejar de mirar la pantalla en ningún momento; en mi caso los anuncios se sustituirían por los transbordos en el transporte público y sería prácticamente lo mismo. Supongo que por algún lado se le tenía que notar al autor el oficio de guionista, claro.

El día del encuentro con Santiago estuvimos hablando largo y tendido, como no podía ser de otra manera, entre otras cosas sobre el arranque de la novela. A nuestra protagonista, Marta Aguilera, le diagnostican un tumor cerebral que le permitirá vivir, como mucho, un par de meses más; desde luego, el comienzo no puede ser más impactante. Y además a mí me resultó de lo más familiar, porque también hace muchísimos años recibí una noticia muy parecida; claro que mi situación era diferente a la de Marta porque yo en aquel momento tenía tan solo nueve años. Pero sí me identifiqué con ese momento en el que recibes una noticia como esa y lo primero que se te ocurre es ponerte a pensar qué harás con el poco tiempo que supuestamente te queda de vida, que en mi caso iban a ser tres meses y como los médicos no atinaron, ya va para nada menos que treinta y ocho años...

El caso es que Marta Aguilera, periodista de sucesos, decide que durante esos dos meses se va a dedicar a impartir justicia. Es una persona bastante asocial, no tiene pareja (acaba de dejar a su novio) ni hijos, ni contacto con familiares, así que en realidad piensa que nadie la va a echar de menos cuando ya no esté; y mejor aún, piensa que aunque se dedique a quitar de en medio a gente indeseable, sus hechos no le van a pasar factura porque se supone que cuando llegue el momento en el que tenga que pagar por sus actos, ya no estará aquí para sufrir las consecuencias. Así iremos conociendo más detalles sobre ella y también sobre su pasado, que de un modo u otro ha marcado su actual forma de ser. Gracias a su trabajo conoce a bastante de esos indeseables, algunos de ellos viviendo su vida con total normalidad porque la justicia en su día no hizo bien su trabajo; así que Marta pondrá los cinco sentidos en librarse de los más que pueda. Será entonces cuando entre en juego otro de los personajes principales, la inspectora Daniela Gutiérrez, que también lleva a cuestas la mochila de su pasado y, en cierto modo, se encuentra ante un dilema moral que le hace preguntarse si está a favor o en contra de Talión, el nombre con el que la opinión pública ha bautizado al justiciero que anda suelto. Como miembro del cuerpo policial, la inspectora Gutiérrez tiene claro que su misión es detener a Talión; pero por otro lado piensa a ratos que está muy bien que alguien haga justicia, ya que los encargados de hacerlo no siempre cumplen con su trabajo, o no lo hacen del todo bien.

Ya comentaba al principio que desde el primer capítulo me sentí identificada con Marta, al menos con su situación; pero es que a veces también me han dado ganas de tomarme la justicia por mi mano, aunque finalmente nunca lo haya hecho. Y precisamente este fue uno de los puntos más discutidos en nuestro encuentro con Santiago, porque aunque todas las yincaneras en pleno teníamos claro que estábamos del lado de Marta, con lo difícil que suele resultar por lo general empatizar con los malos, el autor nos comentó que se había encontrado con gente que pensaba que no está nada bien eso de tomarse la justicia cada uno por su mano, y que Marta debía ir a la cárcel como mínimo. Este es para mí uno de los puntos fuertes del libro, porque al menos en mi caso me pasé toda la lectura preguntándome si yo habría sido capaz de llevar a cabo todo lo que hace la protagonista. Supongo que a todos nos pasa eso de sentir indignación, impotencia o cabreo cuando vemos en las noticias la cantidad de cosas que pasan y la cantidad de gente que está libre cuando en realidad debería estar entre rejas, y seguro que más de una vez nos habría encantado tener a nuestro alcance los medios para hacerles pagar por todo. Y ya desde las primeras páginas sentiremos esa impotencia, cuando la historia comienza con el hallazgo del cadáver de una niña que muestra señales de haber sido además violada.

Por supuesto, encontraremos también en esta historia a un buen número de personajes secundarios, sin los cuales no sería posible que pasara todo lo que se va sucediendo en la trama. Conoceremos más de cerca a esos enfermos psiquiátricos a los que "las voces" les piden que hagan algo muy malo; a esas mujeres que vienen a España pensando que van a tener una vida mejor y acaban siendo explotadas sexualmente por las mafias; a esos niños que sufren el acoso de los demás, sólo por el hecho de ser diferentes; a aquellos que pudieron llegar a ser algo en la vida y acabaron tomando el mal camino... Y por supuesto a quienes están detrás de todos ellos, que son muchos más aunque no los mencione a todos. Y Santiago nos ayudará a que entendamos los motivos por los que hacen las cosas que hacen, aunque desde luego en ocasiones estas cosas nos puedan llegar a horrorizar.

Lo único que quizá me ha chirriado un poco ha sido la facilidad con la que le salen las cosas a Marta Aguilera. El autor nos dejó claro que la novela es fantasía, y que había elegido precisamente a una periodista de sucesos porque se supone que lo tiene más fácil para conocer a gente de todo tipo, para haber visto de todo y para no asustarse de casi nada. Pero sí es cierto que en algunos momentos me sorprendió que todo le saliera tan a pedir de boca; por muchas agallas que uno tenga, o por mucho que le dé igual todo porque sabe que le queda poco tiempo de vida, no debe de ser nada fácil enfrentarse a unos mafiosos, hacerse con un arma, y todo este tipo de cosas chungas, que parece que Marta ha hecho durante toda su vida, pero que no quiero desvelar. Aunque también es cierto que la novela se lee tan bien y es tan sumamente adictiva, que hasta eso se lo perdono. Y además, lo cierto es que me parece estupendo que una lectura te haga reflexionar tanto e incluso plantearte cosas que en teoría no están bien, pero no puedes evitar planteártelas.

En resumen, un libro totalmente recomendable, que engancha desde el primer momento, que te hace pensar y que se lee estupendamente.