viernes, 10 de marzo de 2017

Las aventuras del valeroso soldado Schwejk - Jaroslav Hašek

Imagen: Casa del Libro.
Edición: 1ª ed.
Publicación: Barcelona: Austral, 2003
Descripción física: 606 p.; 19 cm.
ISBN: 978-84-233-4229-7
CDU: 821.162.3-31"19"
Signatura: N HAS ave
Precio: 20,50 euros en la Casa del Libro.







SÁTIRA DE UNA GUERRA

Este libro me lo regaló un amigo polaco (Jaroslav Hašek, nacido en la antigua Checoslovaquia, es bastante conocido por aquellas tierras) hace ya unos cuantos años, pero me pareció tan divertido que decidí rescatarlo de nuevo; aquí aprovecho para aclarar que, aunque mi edición es de 2003, en realidad esta obra se publicó por primera vez en 1921, así que además de pasar un buen rato leyéndola otra vez, la he incluido en el reto de los clásicos al que me he apuntado este año.

La sinopsis de la novela nos cuenta lo siguiente:
Esta es, tal vez, la obra de la literatura checa más conocida fuera del país, ya que al poco de ser publicada se tradujo a varios idiomas y fue objeto de adaptaciones teatrales y cinematográficas. Constituye una sátira mordaz y divertida contra lo absurdo de las guerras. Su protagonista, Schwejk, con astuto desamparo y ladina sandez, libra su guerra privada contra la maquinaria militar como un Sancho Panza de la Primera Guerra Mundial, y empleando la estupidez como refinamiento se transforma en un estratega capaz de desarmar a quien sea. En una serie de divertidos episodios y en el trato con sus múltiples y siempre limitados superiores, Schwejk cumple su deber de obediencia de tal manera que todas las órdenes llevan al absurdo y deja en ridículo a las autoridades reconocidas.
Vemos que estamos ante una novela histórica, aunque un poco peculiar. La historia comienza el 28 de junio de 1914, que fue el mismo día en que un nacionalista serbio asesinó en Sarajevo al archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona imperial austríaca; esto dio comienzo a la Primera Guerra Mundial, y la novela nos narra las aventuras del soldado Josef Schwejk durante este conflicto bélico. Al pertenecer Checoslovaquia al entonces Imperio Austrohúngaro, muchos checos fueron enviados a los campos de batalla; el propio autor del libro luchó en esta guerra y comenzó a escribir la historia de nuestro valeroso soldado poco tiempo después, cuando al finalizar la guerra se proclamó oficialmente Checoslovaquia como país. Sin embargo la historia no se publicó en forma de libro, sino que iba viendo la luz por entregas, según Hašek la iba escribiendo; por desgracia, el pobre no llegó a ver el libro completo publicado, porque murió antes de poder siquiera terminar de escribir la historia entera...

La novela tiene mucho de actual, y es que el autor retrata a los personajes más típicos que se veían por Praga en aquella época; también tiene mucho de satírica, ya que se retrata de manera bastante mala a los mandos del ejército austriaco: son corruptos, desorganizados, la mayoría de ellos unos inútiles, ignorantes, y un montón de lindezas más que el autor les dedica; también es histórica, ya que los hechos que se narran en la novela sucedieron en realidad, aunque el autor los mezcla muy hábilmente con situaciones y personajes que se inventa; y desde luego tiene mucho de real, ya que se cuenta que la mayoría de estas situaciones y anécdotas (muchas de ellas totalmente absurdas y hasta ridículas) le ocurrieron en realidad a Hašek. Hubo algún capítulo con el que yo acabé llorando de la risa, y más pensando en que eran cosas que habían ocurrido de verdad; Schwejk nos muestra, a través de su sentido del humor tan peculiar y sobre todo de su alegría de vivir y de transmitir esa alegría a los demás, lo absurdo de las guerras y todo lo que éstas conllevan, sobre todo para la población civil, que siempre se encuentra al margen del mundo militar. Su buena voluntad (a veces, al ser tan bueno, al pobre lo toman por tonto) le jugará algunas malas pasadas, pero él siempre lo encajará todo con un optimismo envidiable.

Cervecería del soldado Schwejk en Colonia (2009).
Sin embargo, a pesar de que Schwejk sea un buenazo, es interesante no quedarse en la superficie de la historia; si profundizamos un poco, enseguida nos daremos cuenta de que el relato en realidad es no sólo un reflejo de la Praga de aquellos años, sino sobre todo una crítica muy mordaz a la sociedad de la época, centrándose por supuesto en el mundo militar, ese que nuestro protagonista tiene la mala pata de conocer tan a fondo.

A través de los personajes con los que se va cruzando, iremos conociendo los detalles de la narración; y es que, aunque es Schwejk el protagonista absoluto, el autor se vale de muchísimos personajes secundarios para ir dándole forma a esta sátira tan peculiar de su época. Desde el teniente Lukasch hasta Dub, pasando por infinidad de caracteres de lo más variado, tendremos ocasión no sólo de conocer detalles relacionados con la Primera Guerra Mundial y sus consecuencias, sino también con la vida en Checoslovaquia en aquella época, y todo ello aderezado con un sentido del humor que es digno de admiración.

Con Schwejk (conocido en Praga como Švejk), 2013.
Veremos como, al principio de la historia, Schwejk es detenido en una taberna praguense, por un policía secreto, sólo porque con su lógica habitual ha vaticinado que empezaría la guerra. Lo interrogan en la comisaría y, después de unos diálogos auténticamente surrealistas, acabará recluido en un manicomio; y él tan feliz porque lo han declarado oficialmente idiota. Pero, lo que son las cosas, después de muchas vueltas acabará, como tantos otros checos de aquella época, siendo reclutado para luchar en el frente, aunque vivirá unas cuantas anécdotas antes de incorporarse a su puesto en un batallón. Y la verdad es que no sabría con cuál de estas anécdotas quedarme, porque prácticamente todas ellas me parecieron de lo más divertidas. Desde luego, mi amigo polaco dio en el clavo regalándome este libro; me dijo que él lo había leído hacía mucho tiempo, porque ya comentaba que el autor es bastante conocido por allí, y a lo largo de su vida lo ha releído unas cuantas veces más.

Para mí es una lectura de lo más recomendable; y curiosamente, unos cuantos años después de haberla leído por primera vez, tuve ocasión de encontrarme con el valeroso soldado Schwejk en un par de sitios.