jueves, 7 de julio de 2011

84, Charing Cross Road - Helene Hanff

Edición: 9ª ed.
Publicación: Barcelona: Anagrama, 2006
Descripción física: 126 p., 22 cm.
ISBN: 84-339-6982-X
CDU: 821.111(73).6"19"
Signatura: N HAN och
Precio: 13 euros en la Casa del Libro






RECORDANDO VIEJOS TIEMPOS

Como ya me ha pasado más veces, este libro no lo conocía hasta que una muy buena amiga, en una de nuestras quedadas, apareció con él bajo el brazo. No me sonaban ni el título, ni su autora, ni había oído nunca nada de él, con lo cual no tenía ni idea de lo que me iba a encontrar en sus páginas. La verdad es que está muy bien esto de que de vez en cuando te sorprendan...

Este libro es en realidad una recopilación de cartas que se escribieron la propia Helene y Frank, uno de los trabajadores de Marks & Co., una librería londinense que precisamente estaba ubicada en la calle que le da el título a la novela. Helene le mostró estas cartas a un amigo, allá por 1969, y éste pensó que sería buena idea darles formato de libro y publicarlas, como así se hizo finalmente.


Argumento y personajes

La "historia" comienza cuando un día de octubre de 1949 Helene, una desconocida escritora que vive en Estados Unidos y que ha leído un artículo sobre la librería inglesa Marks & Co., de la que dicen que está especializada en libros agotados, les escribe una carta en la que les solicita que le envíen varios ejemplares. Frank Doel, uno de los trabajadores de la librería, contesta a esta carta y a partir de este momento se inicia entre los dos una correspondencia que durará desde 1949 hasta 1969. Puesto que el libro no iba a ser libro en un principio, sino que como he dicho antes se trata de una recopilación de cartas, no tiene la estructura típica de las novelas en las que van sucediendo cosas y vamos profundizando en los diferentes personajes; aquí simplemente se trata de un intercambio de cartas, aunque lo que empieza como una relación puramente profesional entre librero y clienta va dando paso a una relación de amistad.

A través de las cartas iremos conociendo, por un lado, la delicada situación que viven en Inglaterra, ya que hace poco que ha terminado la Segunda Guerra Mundial y hay escasez de ciertos productos, están en vigor las cartillas de racionamiento, etc.; y por otro lado, conoceremos también cosas sobre la vida de Helene, que está pasando por un momento difícil porque no es que le vaya muy bien laboralmente hablando... Además enseguida nos daremos cuenta del carácter y el humor tan especiales que tiene esta mujer, que casi desde el principio se toma unas confianzas con Frank que a mí me dejaron con la boca abierta. Helen me recordaba un poco al personaje estadounidense de Nancy en La tesis de Nancy, en contraposición al escocés de Mrs. Dawson de la misma novela; una representaba el humor y la forma de ser estadounidenses, y la otra la famosa flema británica, aunque en este caso Frank sea inglés y no escocés.

Como vemos, los principales personajes de la novela son la propia Helen y Frank Doer, aunque poco a poco iremos viendo cómo se introducen en la trama algunas personas más; por ejemplo un día Frank se pone enfermo y es otra persona de la librería la que contesta a las cartas de Helen. Así, las relaciones se van extendiendo como si fueran una tela de araña, y paulatinamente conoceremos a casi todo el personal que trabaja en la librería, e incluso en algunos casos hasta a sus familiares y amigos.

 

Relaciones a distancia y amor por los libros


La verdad es que ahora ya tenemos mucho más fácil esto de relacionarnos virtualmente con gente a la que no conocemos de nada (aunque también es cierto que en algunos casos, a algunas de estas personas llegamos a conocerlas en la vida real), pero esta historia resulta cuanto menos curiosa, sobre todo por la época en la que las cartas se escribieron. Es increíble el grado de confianza y amistad que llegan a alcanzar Helen y Frank a través de su relación por correspondencia, y cómo Helen, primero, se sorprende al conocer la situación que están viviendo en Inglaterra, y después, a pesar de que su economía no está precisamente boyante, hasta envía a la librería paquetes con alimentos y productos que averigua que a sus "amigos" ingleses les pueden resultar difíciles de conseguir en el mercado.

Además de la propia historia de amistad en sí, una de las cosas que más me ha gustado del libro es precisamente que el tema principal de las cartas entre Helen y Frank sean sus conversaciones sobre libros. Ellos no se limitan a hablar de títulos concretos, sino que se centran en ciertas ediciones, ciertas traducciones o incluso ciertas encuadernaciones; si este tema no te resulta interesante, la verdad es que lo más seguro es que te dé igual que si Helen quiere un libro concreto éste sea de una editorial o de otra, o que tenga los lomos encuadernados de una manera o de otra. Sin embargo, a mí esto me gustó bastante porque mientras leía la novela me sentía como si hubiera vuelto a mis clases de fondos bibliográficos antiguos de la universidad, en las que estudiábamos estos aspectos no sólo como futuros bibliotecarios sino también desde el punto de vista bibliófilo. Y es que en realidad Helen es eso: le gustan los libros, pero tiene cierto punto fetichista en cuanto a coleccionarlos; y para mi horror, en algún que otro pasaje del libro descubriremos que cuando considera que un libro es malo, no tiene ningún reparo en utilizar sus hojas para envolver cosas o directamente tirarlo a la basura...

Además, Helene también le hablará a Frank de cuáles son sus lecturas favoritas, y aunque en algunos casos cita obras que son archiconocidas, en muchos otros le habla de libros que a mí ni me sonaban. Vamos, que también me ha venido estupendamente la lectura de esta novela para conocer títulos nuevos de los que hasta entonces ni siquiera había oído hablar.

En mi caso, aunque hay ciertos libros de los que claro que me gustaría tener una edición concreta o una encuadernación concreta, no soy en ese sentido tan maniática como Helene, así que supongo que mi grado de bibliofilia no llega al suyo; y eso sí, desde luego nunca jamás en la vida sería capaz de tirar un libro a la basura, ni de utilizar sus hojas para envolver nada. Es que me pongo mala sólo de pensarlo.

En fin, como veis puede que a priori una serie de cartas que una señora yanqui escribe a una librería en Inglaterra no resulte interesante como para animarse con la lectura de este libro. Pero en este caso la impresión fue totalmente positiva y desde luego no supone ningún inconveniente que el libro esté escrito en esta forma, ni se hace nada aburrido leer las cartas que durante veinte años se intercambian primero Helene y Frank y después Helene y todos los demás.

Lo que comienza siendo, como decía al principio, una simple correspondencia entre librero y clienta, pasa poco a poco a ser una relación mucho más amistosa, y de hecho incluso en algunos momentos Helene se plantea organizar una visita a Inglaterra para conocer no sólo a Frank sino también a su familia, así como al resto de compañeros que trabajan con él en la librería. No quiero desvelar si finalmente tiene lugar la visita de Helene a tierras inglesas, así que deberéis leer la novela para averiguarlo.

Por supuesto, durante estos veinte años que dura la correspondencia se llegaron a escribir muchísimas más cartas que las que tendremos ocasión de leer en el libro. En él únicamente se nos muestra una selección, pero a través de las que podremos leer nos haremos perfectamente la composición de lugar de lo que está pasando en el momento en el que se escriben estas cartas, así como de lo que ha acontecido en otros instantes de los que no tenemos carta en el libro, ya que en muchas ocasiones se mencionan estos hechos indirectamente en las que sí aparecen en la novela.

 

Conclusión


Por mi parte, creo que este libro merece la pena y mucho, ya que como he comentado antes es muy curiosa la forma en la que se desarrolla la historia, desde la primera carta que se intercambian Helene y Frank hasta que ambos pasan a tener más confianza y contarse incluso cosas algo más personales. A Frank le cuesta más trabajo abrirse, supongo que porque el carácter inglés es más reservado; y Helene es todo lo contrario, casi como un torbellino aunque ya decía al principio que en algunos casos me choca un poco las confianzas que coge con Frank desde casi el inicio de su correspondencia.

Como puntos fuertes de la novela, destacaría sobre todo lo que he mencionado en el apartado sobre mis impresiones: es una historia de amistad que surge a través de las cartas que se cruzan dos personas que no se conocen de nada, y también resulta interesante por las continuas menciones que se hacen de ciertos libros, en los que Helene busca ciertas características, en ocasiones tan exigentes que a veces a Frank le resulta difícil satisfacer los deseos de su clienta.

En cuanto a los aspectos negativos, el único pero que le pondría al libro es que en mi caso se me hizo cortísimo y la verdad es que me quedé con ganas de más. No sé si habría sido excesivo que se recogieran en un mismo libro todas las cartas que se cruzaron durante esos veinte años, pero yo me he quedado con la intriga al no haber podido leer todas ellas, y me habría gustado bastante haber tenido esa oportunidad.Si os llama la atención saber cómo se desarrolla la historia de esta amistad tan curiosa, seguro que este libro os gustará. Y si sois bibliófilos, aunque sólo sea un poco, también os resultará interesante. Si por el contrario buscáis una novela de acción, mejor que leáis otra cosa.

17 comentarios:

  1. Qué reseña más completa, me ha gustado mucho todo lo que cuentas y en especial la relación con los libros, creo que lo anotaré en mi lista de futuras lecturas.
    un beso!

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  2. Tatty: Me alegro de que te haya gustado. La verdad es que es un libro que me sorprendió muy gratamente; si te animas a leerlo estaré pendiente de tu reseña.

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  3. Yo lo leí hace un tiempo y también lo recomiendo.
    Preciosa reseña!

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  4. LAKY: Ayyyyyyyyyy, la que estaba de vacaciones, menudo vicio, jaja.

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  5. A mí también me gustó mucho, me encanta el tema de los libros como hilo conductor y sí, se hace corto!

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  6. matiba: Bueno, qué te voy a contar si a mí todo lo que trate sobre libros me encanta... Sí que se hace corto, la verdad es que me habría encantado leer el resto de cartas.

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  7. Me ha gustado mucho la reseña, te has explicado genial =)
    Además, que pones el libro bastante bien, yo prefiero que se me hagan cortos (lo poco gusta y lo mucho cansa, dicen) jejej
    Habrá que mirarlo.

    Besotess

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  8. Shorby: Yo soy más de libros cuanto más largos mejor; de hecho el que estoy leyendo ahora tiene casi 1.200 páginas. Pero de vez en cuando está bien intercalar algo más ligero.

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  9. Muy buena reseña, Espe!! No se te ha quedado nada en el tintero... Yo lo leí hace unos meses y también me encantó; tengo aún pendiente la reseña para la vuelta de vacaciones. Lo dicho, excelente reseña.
    Besos,

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  10. ¡Qué buenísima reseña! Este libro es una maravilla. Lo leí hace años y me encantó. Es de los que tengo en la lista de relecturas porque es una auténtica delicia este libro.
    Besotes!!!

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  11. Carmen, Margari: Gracias a las dos; me alegro de que os haya gustado la reseña. Creo que en mi caso este libro también será de los que vuelva a leer alguna que otra vez, a pesar de saber ya cómo acaba la historia.

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  12. A mi me gustó mucho, un libro muy recomendable para los bibliófilos o sencillamente para quienes sientan algo especial por los libros.
    Un abrazo

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  13. Blanca: La verdad es que sí, a poco que sientas algo especial por los libros te gustará leer este.

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  14. Lo leí hace tiempo y ¡me encantó!; a mí también se me hizo muy corto, Espe. He añadido tu reseña a la mía, ¿vale?

    Por cierto, ¿un 1.200 páginas? ¡A mí me da algo!, ja, ja, ja.

    bsos!

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  15. Rosalía: Sí que se hace corto, es cierto. Lo de añadir reseñas a las propias a ver si me pongo a ello, que lo mismo hemos coincidido más veces en obras literarias y me parece muy buena idea "promocionarnos" unos a otros. El de las 1.200 páginas ya lo estoy casi terminando; al final en un par de semanas, leyendo sólo en el transporte público. ;-)

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  16. Es un libro breve pero bonito, lo leí mi primer año en Estepona, y recuerdo que lo hice mientras esperaba turno en Depiline, ja ja.m

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