martes, 16 de febrero de 2016

A las ocho en el Novelty - Carlos Díaz Domínguez

Imagen: de la web del autor.
Publicación: Barcelona: B de Bolsillo, 2014
Edición: 1ª ed.
Descripción física: 452 p.; 19 cm.
ISBN: 978-84-9872-981-8
CDU: 821.134.2-31"19"
Signatura: N DIA lag
Precio: 10 euros en la Casa del Libro (5,49 euros en formato digital).





ENTRE RUSOS ANDA EL JUEGO

Hace ya bastantes meses que me regalaron por Navidad Lágrimas sobre Gibraltar, de Carlos Díaz Domínguez; cuando todavía no me había dado tiempo a leerlo (los que me seguís habitualmente ya sabéis de mi atasco lector perpetuo), me enteré de que el autor había publicado una nueva historia. Como además me invitó a la presentación de la novela en Madrid, pensé que sería la ocasión perfecta no solo para saludar a Carlos sino de paso para enterarme de qué iba la historia (de la anterior sabía más bien poco antes de leerla) y de paso para aprovechar y marcharme de la presentación con un ejemplar firmado por él, aunque no tuviera ni idea de cuándo le iba a llegar el turno de que pudiera leerlo.

En cualquier caso, viendo lo mucho que me había gustado la historia que contaba Lágrimas sobre Gibraltar (que ya señalé en su día en mi reseña que recomiendo totalmente porque está tan bien escrita que consiguió engañarnos a todos), y después de escuchar todo lo que contaron en la presentación de A las ocho en el Novelty, tuve bastante claro que esta siguiente novela de Carlos me iba a gustar también, como así fue.


Argumento y personajes

La trama que nos trae esta vez Carlos trata, nada más y nada menos, de algo que podría cambiar por completo la historia de España; así, como lo leéis. Recuerdo haber leído en algún libro de historia, de estos que mezclan acontecimientos reales con cotilleos y chascarrillos varios, que era muy comentado en su época el hecho de que nuestro rey Fernando VII no era en realidad hijo de Carlos IV, porque por lo visto su mujer, la reina María Luisa de Parma, era un poco casquivana y tenía una lista bastante extensa de amantes, entre ellos Godoy, que fue valido del rey y parece ser que amante tanto del rey como de la reina. Si nos paramos a pensar en que esto podría ser cierto (y desde luego Carlos se encarga de contárnoslo de tal manera que no tenemos más remedio que creerlo), resultaría que desde Fernando VII incluido, todos nuestros reyes no lo han sido por derecho propio sino que en realidad son unos impostores. Aunque bueno, en realidad me imagino que no sería la primera vez que pasara esto, porque a saber cuántos de nuestros reyes de todas las épocas habrán tenido hijos bastardos, o a saber de quién era hijo alguno de los monarcas que han sucedido a otros en el trono de España...

Como vemos, el argumento no puede ser más interesante; algo que podría cambiar por completo la historia de España no es cualquier cosa... Así, por un lado nos encontraremos con Anatoli Boychenko, un antiguo dirigente del KGB que lleva años (en realidad toda su vida) obsesionado con dar con un supuesto tesoro que se cree que Manuel Godoy escondió a buen recaudo antes de perderlo todo en el motín de Aranjuez; Anatoli tiene detrás a todo un equipo de gente de su total confianza, algunos de ellos auténticos matones, que harán cualquier cosa con tal de complacer los deseos de su jefe. Pero ellos le sirven más bien para hacer el trabajo sucio; en realidad le hacen falta los conocimientos y la experiencia de alguien experto en la materia, así que Anatoli contratará los servicios de Leonor Cortés, una anticuaria salmantina que actualmente se encuentra afincada en la localidad francesa de San Juan de Luz. Y por otro lado, veremos que el gobierno español pondrá todos los medios a su alcance para que no trascienda el hecho de que posiblemente Fernando VII no era hijo de Carlos IV, ya que lógicamente esto afectaría a la historia de la corona de nuestro país. Habrá así una serie de movimientos diplomáticos que nos llevarán también por tierras rusas. No es difícil intuir, desde luego, que estas dos tramas se acabarán cruzando en algún momento.


Mis impresiones

Igual que ya me ocurrió en su día con Lágrimas sobre Gibraltar, me he encontrado de nuevo con una historia que está tan bien escrita que en muchos momentos durante la lectura me surgieron las dudas de si podría ser realmente cierto lo que me estaba contando Carlos. Y es que consigue la combinación perfecta entre hechos históricos y hechos inventados, de tal manera que iremos conociendo detalles sobre los personajes reales al mismo tiempo que descubriremos todos los misterios de la trama que él plantea; sin embargo no es de los típicos libros de historia en los que hay una sucesión de datos, nombres y fechas que son casi imposibles de recordar cuando llevas un rato leyendo, sino que Carlos nos va dando toda esta información de una forma muy bien dosificada, para que conozcamos la historia pero no acabemos saturados.

Además de meternos en la historia desde el primer momento, habrá ocasiones en las que sufriremos por los personajes; claro que habiendo rusos de por medio, y además algunos nada menos que antiguos miembros del KGB, el suspense está garantizado. De hecho, según empecé a leer la novela vi que en el primer capítulo ya aparecían los rusos, pensé que a ver cuánto tardaban en cargarse al primer personaje; y efectivamente no fallé, aunque tranquilos, que diciendo esto no destripo nada de la trama. Empezaremos en primer lugar conociendo quiénes son Anatoli Boychenko y sus secuaces, de dónde ha aparecido cada uno de ellos y qué vida ha llevado hasta acabar trabajando para Anatoli, cuáles son sus motivaciones para hacer lo que hacen... Y todo esto nos llevará no sólo a conocer más en profundidad a cada uno de ellos, sino también a descubrir algunos acontecimientos históricos que sucedieron realmente, como el famoso éxodo de los niños españoles, hijos de republicanos, que tuvieron que marcharse a la URSS tras la Guerra Civil.

Por supuesto, la vida de Leonor empezará a correr un serio peligro desde el primer momento en el que Boychenko pone sus ojos sobre ella. Lo que en un principio parece la búsqueda de algunos objetos antiguos por parte de un comprador interesado (que por alguna razón escama a Leonor desde que pone los pies en su negocio), termina siendo algo mucho más complicado cuando la anticuaria sospecha que el supuesto comprador no se detendrá ante nada ni ante nadie con tal de conseguir lo que quiere. Y a veces resulta complicado explicarle a alguien tan convencido de algo que lo que busca quizá ni siquiera existe... A lo largo de la lectura nos surgirán dudas sobre si el tesoro escondido de Manuel Godoy es verdadero o no, y haremos junto con los personajes especulaciones de dónde podría estar oculto, y por supuesto de qué es en realidad ese tesoro; porque sabremos que Godoy era un hombre muy astuto y precavido, y posiblemente lo dejaría todo atado y bien atado antes de verse obligado a huir de España.

Además tenemos también por medio al gobierno español, que por su parte hará todo lo posible por evitar que todo este asunto ponga en peligro la historia de nuestra corona, al menos tal y como la habíamos conocido hasta ahora. Los momentos y las conversaciones que viviremos con dos de los personajes, uno del cuerpo diplomático español y otro del gobierno ruso, y que tienen lugar en Moscú, son para mí de lo mejorcito de la trama, junto con todos los detalles concernientes a los personajes reales: me refiero no sólo a los monarcas Carlos IV y Fernando VII, sino sobre todo a Manuel Godoy y al gran amor de su vida, Pepita Tudó.

Una de las cosas que más me gustó de la novela fue que a través de su lectura viajaremos a lugares muy diversos: la acción se desarrolla en San Juan de Luz, la localidad francesa en la que os contaba que Leonor tiene su negocio, pero también recorreremos sitios como Madrid, San Sebastián, Salamanca (precisamente el Novelty está allí) y hasta Nueva Orleans; esta última ciudad no la conozco, pero el resto sí y la verdad es que a mí siempre me parece que le da un valor añadido a las novelas el hecho de que ocurran cosas en sitios que uno conoce bien. Es una forma más de recorrer los escenarios de la mano de los personajes, sobre todo cuando gracias a las descripciones sabes dónde están sucediendo las cosas en todo momento.

A pesar de que la historia tiene un ritmo trepidante, y de que están todo el tiempo sucediendo cosas, unas más inesperadas que otras, llega un momento en el que conoceremos perfectamente a los personajes, y es que Carlos también es totalmente cuidadoso en este aspecto, y habrá veces en las que tengamos incluso la sensación de que sabemos cómo va a reaccionar un personaje en concreto, como si lo conociéramos de toda la vida. Y eso es algo que se agradece muchísimo, porque lo de que los personajes no te transmitan nada es algo que personalmente odio. En el caso de personajes reales supongo que es más sencillo conocer detalles y darlos a conocer a los lectores (aunque claro, también tiene su miga lo de darles el tratamiento ideal para que los conozcamos pero no acabemos agobiados con datos sobre ellos), pero con los personajes inventados Carlos lo consigue igualmente. Tiene una forma de escribir que a mí me gusta muchísimo, porque por lo general vamos avanzando en la historia de forma totalmente natural, pero cuando queremos darnos cuenta habremos llegado a un punto en el que no tendremos más remedio que seguir leyendo, porque no podemos resistir la intriga de quedarnos sin saber qué va a pasar a continuación. La verdad es que ha habido ratos en los que me ha fastidiado bastante tener que dejar de leer y ponerme a trabajar, porque estaba deseando que pasara el tiempo para volver a retomar la lectura; y creo que eso es una buenísima señal.


Conclusión

Creo sinceramente que A las ocho en el Novelty es una novela que nadie debería perderse. Si os gusta la novela histórica, seguro que disfrutaréis de lo lindo de esta lectura; y si no os llama demasiado el género, siempre os la podéis tomar como una novela trepidante y llena de intriga y hasta aventuras, porque de todo eso le sobra. Y además de resultar una novela de lo más entretenida, podréis incluso descubrir (o redescubrir, si ya conocíais esta época) detalles sobre varios hechos cruciales de nuestra historia.

Después de haber leído únicamente dos de las muchas novelas que ha escrito Carlos, tengo claro que tendré que seguirle la pista muy de cerca. Ahora me faltan por leer todas sus novelas anteriores, más las que vaya escribiendo en el futuro, pero desde luego creo que no me va a decepcionar.

martes, 2 de febrero de 2016

Sorteo de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Volvemos con una edición del concurso Entretelibros de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, en esta ocasión la 411. La pregunta de la quincena es la siguiente:


¿Cuál de sus libros le envió Homero Aridjis a Octavio Paz cuando éste residía en París?

Para los que queráis participar, el plazo está abierto desde el día 2 de febrero. Si conocéis la respuesta y queréis animaros con el concurso, podréis entrar en el sorteo de un lote de libros de varias editoriales. ¡Suerte!