El último anasazi - José Vicente Alfaro

Imagen: Amazon

Publicación: autopublicado, 2015
Descripción física: 424 p.
CDU: 821.134.2-31"20"
ASIN: B010OXFM6O
Signatura: N ALF últ
Precio: 2,99 euros en Amazon.







CÍBOLA MISTERIOSA

Esta es otra de las lecturas que tenía pendiente desde hace la tira de tiempo; teniendo en cuenta que me hice con este libro poco después de que se publicara, y eso fue en 2015, os podéis imaginar el "rato" que le ha tardado en llegar el turno...

La sinopsis, extraída de Amazon (aunque no la pongo entera porque es bastante más larga), nos cuenta lo siguiente sobre esta novela:

Siglo XII. La nación anasazi, caracterizada sobre todo por sus brillantes logros en el campo de la arquitectura y considerada como una de las civilizaciones precolombinas más importantes de América del Norte, alcanza su máximo esplendor tras varios siglos de dominio continuado sobre sus tierras. Sin embargo, en un brevísimo espacio de tiempo, todas sus ciudades fueron abandonadas y su población, condenada a desaparecer. ¿Qué pudo ocurrir? ¿Qué factores desencadenaron tan aciago desenlace?

Siglo XVI. Aunque la civilización anasazi lleva largo tiempo desaparecida, Xabel, el último de sus descendientes, idea un descabellado plan para tratar de hacerla resurgir, pese a la enorme dificultad de la tarea. Xabel está convencido de ser un elegido, y, dispuesto a cumplir su cometido, emprende un incierto viaje hasta el corazón del imperio azteca para solicitar ayuda al mismísimo emperador Moctezuma…

Como vemos, se trata de una novela que nos cuenta dos historias separadas cuatro siglos en el tiempo; pero todo gira en torno a la mítica ciudad de Cíbola, que fue construida por los anasazi en un lugar en el que nadie pudiera jamás encontrarla. Lo curioso es que en realidad podrían ser dos novelas diferentes; hasta esta novela yo no había leído nunca a José Vicente Alfaro, así que esta fue la lectura con la que me estrené con este autor, y con él además aprendí muchísimo, porque confieso que nunca había oído hablar de los anasazi ni sabía quiénes eran. Y siempre es de agradecer, o eso creo yo, esto de disfrutar leyendo y además aprender cosas.

En la historia más antigua, la que tiene lugar en el siglo XII, conoceremos el territorio anasazi y el lugar en el que se ubica, Ciudad Chaco. Además se nos irán revelando detalles sobre la forma de vida de los anasazi, sus costumbres, el arte... Y cómo su existencia corrió tanto peligro que finalmente desapareció. Por otra parte en la historia más reciente, la del siglo XVI, nos trasladaremos a la aldea de Awatovi, que se encuentra en territorio hopi; en esta aldea vive uno de los protagonistas, Xabel, que en compañía de sus padres se dirige a las tierras de los anasazi para conocer el lugar en el que vivieron sus antepasados, y es que él es el último de su pueblo.

La novela está estructurada en cuatro partes, que llevan por título los nombres de los cuatro mundos conocidos en la mitología hopi: Tokpela, Topka, Kuskurza y Tuwakachi. Y a lo largo de la lectura iremos conociendo a muchísimos personajes, que para mi gusto es uno de los puntos fuertes de esta novela porque están todos perfectamente caracterizados, desde los protagonistas a los más secundarios. Y por supuesto, encontraremos todo tipo de sucesos, desde historias de amor hasta momentos de intrigas y venganzas, momentos para la amistad, numerosos giros en el devenir de la historia... Y desde luego historia propiamente dicha, ya que el autor se ha debido de documentar de lo lindo y nos contará muchísimas cosas sobre la cultura anasazi e incluso harán su aparición personajes históricos reales como Moctezuma o Hernán Cortés, sin ir más lejos.

Además, también destacaría como punto fuerte lo bien que está escrita la novela. Me resultó un lenguaje muy asequible pero al mismo tiempo con frases preciosas y reflexiones muy interesantes de algunos de los personajes. Está claro que mi estreno con este autor no ha podido ser mejor, así que seguro que seguiré leyendo algunas de sus otras novelas, que ya he visto que tiene unas cuantas más. Si aún no conocéis a José Vicente Alfaro, yo no dudaría en darle una oportunidad.